Alejandro y Mayte nos cuentan su experiencia de misión en Martí, Cuba, durante el verano de 2016. Este matrimonio misionero ya tuvo una experiencia similar en la misión de Kirigueti, Perú, hace unos años.
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Alejandro y Mayte nos cuentan su experiencia de misión en Martí, Cuba, durante el verano de 2016. Este matrimonio misionero ya tuvo una experiencia similar en la misión de Kirigueti, Perú, hace unos años.
Monseñor Agrelo, obispo de Tánger, el pasado 7 de diciembre nos inspira con sus palabras proféticas recordándonos que el derecho a la alegría de los pobres ha de ser nuestra brújula y nuestra esperanza, pese a los empeños del sistema en quebrársela y que Dios mantiene abiertas para ellos las puertas del futuro aunque a diario se les cierren las fronteras.
Patricia Rosetty, voluntaria en misión, nos escribe esta reflexión sobre su visita a un centro educativo de personas con capacidades especiales.
"En Madre de Dios la vida no es nada fácil. Después de ver y vivir esto nos hacemos muchas preguntas. Lo que vemos y vivimos allí nos sirve para que forme parte de nuestra vida y nos demos cuenta de muchas cosas. Cada uno tenemos lo nuestro pero no es lo único. Todo es tan relativo…"
Si me sugieren escribir sobre la Misión, inevitablemente mi mente y mi pluma viajan a tierras lejanas o entrevistas cercanas en las que he podido conocer la labor de misioneros y misioneras de carne y hueso. Sus historias son dispares y se desarrollan en circunstancias diversas: desde el religioso italiano José Arghese, que lleva años poniendo sus conocimientos de ingeniería al servicio de la población de Tuuru, al noroeste del monte Kenia, para que a través de kilómetros de tuberías y canalizaciones 250.000 personas puedan disponer de agua procedente del bosque de Nyambene; hasta la franciscana Mª Francisca Sánchez Rivero, que atiende a niños sordos en Tánger y les da una oportunidad de comunicarse e integrarse en la sociedad marroquí. Sus historias, las de tantos y tantas misioneros repartidos por el mundo, están plagadas de tareas como cavar un pozo o curar unas llagas, construir una escuela o acompañar a un moribundo. ¡Les he visto trabajar tanto! ¡Arriesgar tanto! ¡Amar tanto!
Reflexiones de hace unos años sobre a solidaridad:
"Jesús es muy radical, tanto en la proclamación de Dios-Abbá como en la urgencia de liberarse de todas las cadenas, en la urgencia de tomarse la vida muy en serio, en la urgencia de ponerse a trabajar por los hijos de Dios que sufren en el mundo. Nuestra cultura, nuestra sociedad, son blandas. Vivimos un seguimiento de Jesús bastante "light", descafeinado, compatible con comodidades, consumos, prestigio social,... Como buscamos ante todo nuestra vida, la estamos echando a perder.
Presentción de la campaña del Domund 2016: SAL DE TU TIERRA.
Es la invitación que nos hace el papa Francisco a salir de nosotros mismos, de nuestras fronteras y de la propia comodidad, para, como discípulos misioneros, poner al servicio de los demás los propios talentos y nuestra creatividad, sabiduría y experiencia. Es una salida que implica un envío y un destino. Una invitación a plantearse y a acoger la vocación misionera.
Juan Carlos Montenegro, de la ONGD salesiana Jóvenes y Desarrollo, escribe el siguiente artículo sobre las preguntas que nos hacemos a la vuelta de una experiencia de misión.
Nos parece muy importante plantearse preguntas como el "¿y ahora qué?". Lo importante es saber que la misión continúa, que hay una razón por la cual Dios te dio ese regalo de poder irte de misiones. Y ahora, toca pensar: ¿Cómo puedo poner en práctica lo que he aprendido de esta experiencia?
Las voluntarias Ana, Beatriz y Rocío siguen mandandonos sus vivencias en la misión. Han dejado Koribeni y Cuzco para adentrarse en el bajo Urubamba en la misión de Sepahua.
Estamos contentos de compartir más testimonios con ustedes.
Esta vez Raquel Amat, voluntaria de Selvas Amazónicas nos cuenta cómo a pesar de las carencias que viven en Haití, la alegría de Dios se hace presente con los niños y niñas del orfanato de Titanyen.
Disfruten el testimonio
Desde Camboya (Asia) nos escriben nuestras voluntarias Esther y Natalia para contarlos su experiencia misionera. Camboya es lugar que alberga gente acogedora, llena de ternura y respeto por los demás.
Los invitamos a disfrutar de la viviencia y compartirla.