"Que me den una dirección y les enviamos a esa pobre gente". Lo dijo hace nueve meses el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tras las críticas recibidas por las 'devoluciones en caliente' en Ceuta, pero ya hacía tiempo que la frase se había convertido en un lugar común del 'cuñadismo' español. Aunque el argumento es global: la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, también se descolgó con un "¿ha acogido usted a inmigrantes en su casa?" durante una entrevista televisiva con Ana Pastor.
Hasta ahora no pasaba de ser una manera bastante pobre de zanjar cualquier discusión sobre problemas migratorios, pero en la reciente ola de solidaridad por la crisis de los refugiados sirios, cada vez son más las personas que se dicen dispuestas a ofrecer un lugar en su casa. Una reacción novedosa a gran escala... pero que algunos llevan años practicando de forma discreta y anónima.
Extraido del blog Jóvenes en Misión
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