Hoy nos suscribimos a la carta publicada por los voluntarios y las voluntarias de la Asociación Elín. Yayo Herrero usa una imagen muy clara: Si España tuviera una valla como la de Ceuta y Melilla que además de no permitir la entrada de personas, no permitiese la entrada de recursos, no duraríamos ni quince días. Es decir, para mantener nuestro modo de vida necesitamos de los recursos expoliados a otros territorios.
Hacer oídos sordos a los lamentos de las comunidades empobrecidas y la Tierra sobreexplotada, pero alzar la voz contra las personas que buscan el futuro digno que se les ha prohibido, es una profunda hipocresía. No podemos ser consecuentes con el mensaje de Jesús si justificamos el rechazo de nuestros hermanos y hermanas migrantes, si justificamos la injusticia y la falta de memoria. Cuidar de la Casa Común, es también cuidar de sus habitantes. Por eso compartimos y apoyamos esta carta escrita por las compañeras y compañeros de Elín ante las dolorosas noticias que llegan estos días desde la frontera sur. Gracias por vuestro compromiso.
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