Bonito relato de un misionero comboniano en Isiro, R.D. de Congo.
"Llamé a un mecánico y preparamos todo lo que pensábamos que necesitaríamos para reparar la moto, y nos pusimos en camino. Después de tres horas y media llegamos al lugar, donde la hermana nos estaba esperando. La saludamos a ella y a la gente que nos estaba allí, y nos dio su versión de la avería. Comenzamos a reparar la moto, cuando veo que una niña de unos dos o tres años se acerca a nosotros ..."
Seguir leyendo