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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

La radio que cambió Sepahua

Radio Sepahua nació en 2002 con la misión de transmitir palabras, mensajes que debían llegar con urgencia a lugares recónditos de la selva amazónica peruana. Como un teléfono, las ondas eran el hilo que mantenía unidas a las familias que pueblan las orillas de los ríos Sepa y Mishagua. Trece años después, las noticias de esta pequeña emisora impulsada por los dominicos reflejan una profunda transformación sociocultural.

 

Texto Leyre Hualde  Fotografía Beatriz García Blasco y Leyre Hualde.

Radio Sepahua nació en 2002 con la misión de transmitir palabras, mensajes que debían llegar con urgencia a lugares recónditos de la selva amazónica peruana. Como un teléfono, las ondas eran el hilo que mantenía unidas a las familias que pueblan las orillas de los ríos Sepa y Mishagua. Trece años después, las noticias de esta pequeña emisora impulsada por los dominicos reflejan una profunda transformación sociocultural.

Para Germán, su chacra es mucho más que la tierra en la que cultiva yuca, plátanos, cacao y de la que extrae madera. Es su orgullo y el sustento de su familia. Un paraíso cuando su mujer, Lemaire, y sus hijos, Saña y Elmer, están con él. Y un pequeño infierno cuando se encuentra solo. Su terreno está situado a casi ocho horas de Sepahua en bote y en ese recodo del río Mishagua, en la Amazonía peruana, servicios como la luz, el agua potable o la línea telefónica parecen algo propio de otro planeta.

Miles de pájaros, animales y plantas producen sonidos que lo envuelven todo. Sin embargo, todos los días a las ocho de la tarde dos voces rompen la música de la selva en la chacra [palabra de origen quechua que significa «terreno en el campo»] de Germán. Son Óscar y Josi, o mejor dicho «El Holandés» y «Pepagaya», los encargados de anunciar el momento de irse a la cama a los niños de la zona a través de las ondas de Radio Sepahua. Germán, a sus casi cuarenta años, no tiene ningún reparo en admitir que «Cuéntame un cuento» es uno de sus programas favoritos de esta emisora, fundada por los Padres Dominicos en el año 2002.

Sus hijos, Saña y Elmer Mishagua —quien lleva el nombre del río que le vio nacer—, coinciden en gustos con él: no se les ocurre una mejor forma de terminar un día de clases, tareas y juegos que escuchar el cuento que todas las noches narran «El Holandés» y «Pepagaya». Lemaire es la única que, con una sonrisa, dice tener algo en contra de este programa, uno de los más antiguos y seguidos de Radio Sepahua: «Debería empezar un poco antes porque los niños se ponen a comentar el cuento y no hay quien les haga dormir».

Radio Sepahua es el único nexo de unión entre Germán y Lemaire cuando él trabaja en la chacra. «Allá solo tenemos la radio. Yo vivo en Sepahua porque los niños deben tener educación, pero mi marido está allí muchas semanas cultivando. Si necesito decirle que nuestro hijo está enfermo o que me mande plátanos o carne, voy a la radio y la señorita periodista le manda el mensaje», explica ella.

Al igual que Lemaire, muchas personas e instituciones utilizan Radio Sepahua como principal vehículo de comunicación con sus paisanos, puesto que la emisora llega a casi doce mil personas en los departamentos de Ucayali —donde se encuentra Sepahua— y Cusco, en la Amazonía peruana. Por eso, a las seis y veinte de la mañana, a falta de diez minutos para que se emita la primera edición de «Noticias al día», siempre se acerca alguien hasta la emisora, situada en los terrenos de la misión dominica Nuestra Señora del Rosario de Sepahua.

«Señorita, ¿me pasa este comunicado?». Esa es la pregunta que más escuchan los voluntarios que colaboran en Radio Sepahua. El contenido de estos avisos más de una vez les ha provocado una sonrisa. Por ejemplo, al comunicar a un vecino que era muy urgente que montara al cerdo en la canoa y lo trajera hasta Sepahua o al avisar a un señor, de parte de su esposa, que si no traía el dinero, mejor ni se molestara en venir. Sin embargo, otras veces, como cuando Luis Mozombite pidió que avisaran a su esposa de que su hija de tres años había fallecido, han tenido que respirar hondo antes de abrir el micrófono sabiendo que iban a ser portadores de la peor de las noticias.

En estas «pequeñas grandes informaciones», como las define Asier Solana [Com 09], periodista navarro que entre 2011 y 2013 estuvo al frente de la emisora, se manifiesta la vida de la selva con sus luces y sombras. No en vano, algunas de las noticias que se emiten en Radio Sepahua surgen de un simple comunicado.

 

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