¡Misión es lo que somos!
Crónica de la segunda semana del voluntariado de Carmen en la Misión de Malabo
Inicié la segunda semana en Malabo en la misión de Santa Maravillas de Jesús con las pilas cargadas tras las vivencias y reencuentros acumulados los primeros días.
No había tenido aún la oportunidad de acercarme al Monasterio de la Inmaculada Concepción y la ocasión se presentó el Domingo en la Eucaristía acompañando a Fray Salvador Becoba. Una Eucaristía sencilla, con la animación del coro, y con mucha gente que pacientemente celebraba desde el patio de entrada por la falta de espacio. A pocos metros, podía verse la construcción ya en marcha de un del nuevo templo muy avanzada.
Tanto de subida como de bajada habíamos recogido con el coche a niños y mayores que acudían como nosotros a la misa. El coche se fue llenando de gente y de conversaciones y pensaba en esa naturalidad con la que uno carga gente en el coche de un lado a otro, participa de susconversaciones, y de su historia en realidad. Esa solidaridad visible en lo cotidiano que facilita tanto la vida del otro y que en las grandes ciudades con las prisas y lo impersonal hemos ido perdiendo.
De allí salimos a celebrar en Upside, una comunidad fuera del centro de Malabo, con una pequeña capilla y no más de 25 o 30 personas que contrastaba con la multitud de la celebración anterior. La llegada del coche de la parroquia congrega a los vecinos que se acercan a la Eucaristía: casi todo mamás y abuelas con algunos niños. Es zona de cacao que la gente en un gesto de cariño y agradecimiento nos ofrece al finalizar para llevar a casa.
También en esta semana se produjo el regreso a la Misión del Padre Salvador Nguema y la visita para el mes de Agosto del Padre Patrick, fraile asignado a Camerún, lo que supuso nuevos reencuentros en la misión y la alegría de ampliar la Comunidad de referencia durante estas semanas allí. Sin duda, el compartir vivencias con los frailes, las conversaciones y los momentos juntos, forman parte de la experiencia de misión y son una gran riqueza y crecimiento para quienes tenemos la ocasión de compartir Fe y vida con ellos.
También en esos primeros días de agosto, y aprovechando las tardes tuve la oportunidad de compartir con el grupo de matrimonios de San José y de alguna otra Comunidad cercana una formación sobre la Familia Dominicana, mi vocación como laica Dominica y el carisma Dominicano a través de una formación que organizamos impulsada por el Padre Roberto. La inquietud por conocer la figura de Santo Domingo y la misión de la Orden se vio reflejada en las muchas preguntas que plantearon.
Este encuentro con los matrimonios, y la participación en el Radio junto a Fr. Esteban y el Padre Salvador B. son oportunidades que la Misión ofrece de predicación; de dar a conocer el mensaje de Jesús y hacerlo en clave de Santo Domingo.
Fuimos a Radio María a final de semana al primero de los tres programas previstos en torno al día de Santo Domingo. Dialogamos para los oyentes sobre la Familia Dominicana, la vocación al laicado y las fraternidades. También sobre la misión compartida entre las distintas ramas y la misión y proyecto de los Dominicos en Malabo. Además del buen momento entre hermanos que supuso la emisión, fue un regalo dar testimonio de lo que somos y de cómo vivimos el carisma y nuestra misión de predicación.
No faltaron en esta semana tampoco las celebraciones. Coincidiendo con el festivo en Malabo, programamos una salida con todos los catequistas y jóvenes monitores por la Isla, acompañados de los frailes y de Cristóbal, vecino de la parroquia que se ofreció también a llevarnos. Repartidos entre los 3 vehículos y llenos de entusiasmo por el día de fiesta tuvimos una jornada de convivencia por Riaba y Moka que terminó comiendo en la playa con partido de fútbol incluido. La alegría de los jóvenes de Santa Maravillas y el humor y la música llenaron una excursión excepcional. Para mí fue también una oportunidad de afianzar la relación con ellos y conocer más de cerca sus inquietudes, preocupaciones y proyectos.
También hemos compartido y celebrado con otras comunidades, grupos y familias: la Adoración en Santa Maravillas, la fiesta con la Comunidad parroquial de San Juan María Vianney el acompañamiento a numerosos bautizos y comuniones.
Todo ello da forma al día a día de la Parroquia y la Misión.
Días intensos, marcados siempre por la actividad de Verano útil, con los niños inquietos por aprender, jugar, y participar en los talleres. Cada día, unos cuantos niños más, con su lápiz y cuaderno puntuales a las 8h esperando la formación y oración para empezar.
De regreso a Madrid, muchos nombres y momentos en la retina: Andrés, Carlos Cristóbal, Ignacia, Tania, Ana Rosa, José Jobino, Inés, Rosita, Esmeralda, Sebastián,… Ahí siguen disfrutando de los últimos días de actividad.
Para ellos, y para los monitores, catequistas, grupos y sobre todos para los frailes, mi agradecimiento por su acogida y por unos días fantásticos. ¡GRACIAS! Todos juntos, somos MISIÓN.
Carmen Calama, voluntaria de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas en Malabo, Guinea Ecuatorial
Puedes leer la primera crónica de Carmen en este enlace.