Fraternidad y paz: ¿quebradero de cabeza para nuestro mundo?
En este mundo tan convulso, es un lujo dedicar un día para reflexionar sobre cómo ser constructores de paz y fraternidad.
Mª Jesús Hernando comenzó con una ponencia muy inspiradora titulada “religiones y fraternidad ¿utopía o realidad?”
Comenzó diciendo que hay esperanza para la fraternidad y la paz, si lo ponemos en práctica cada uno de nosotros. Es posible vivir la diferencia en la fraternidad, acoger al otro, respetar su identidad,es posible vivir en armonía y en paz. La fraternidad abraza a todas las personas y nos invita a conocer al otro. En el corazón de un creyente no puede haber odio.
La ponente hizo un recorrido a través de las diferentes religiones, sobre cómo buscan la paz y la fraternidad, con algunas frases como:
No hacer nada para los demás que si lo hicieras para ti te haría daño.
El árbol no niega su sombra ni al leñador.
Si deseas ser feliz, tienes que desear ver a otros felices.
El mundo donde mora el amor es una sola familia.
Todos los seres humanos pertenecemos a la misma familia.
Acoger al extranjero en Egipto.
La oración principal del judaísmo es el Shemá, Dios es uno.
Superar el amor, para que vaya más allá de nuestro entorno.
La diversidad es una gracia divina.
Aquel que está en paz consigo mismo, es capaz de amar a cada persona que está cerca o lejos.
Jesús en sus encuentros con la gente muestra una gran fraternidad, por ejemplo, con la mujer cananea, para que expulse el demonio de su hija, aunque le dice que ha venido a buscar a las ovejas perdidas de Israel, se da cuenta de la grandeza de su fe, “hágase contigo como tú quieres”. A la samaritana, le demuestra que conoce su vida, y le ofrece agua viva, deja el cántaro y se convierte en misionera.
¿Qué nos impide vivir la fraternidad en la que creemos?
Existe una contradicción en nuestro ser, entre la violencia y egoísmo. No hago el bien que quiero. En lugar de practicar la fraternidad, y darnos cuenta que estamos todos en la misma barca, nos alimentamos con sueños de grandeza y esplendor. Nos hemos empachado de conexiones y hemos perdido el sabor de la fraternidad.
El mal viene de una libertad que abusa de su hermano. Dios con su luz es más fuerte, está por encima del mal. El ser humano está curado, porque Dios ha entrado en la historia.Ha vencido el mal con su resurrección. La fraternidad no es una utopía, pero exige el compromiso de todos. Por eso es importante la educación y el diálogo interreligioso.
Necesitamos una memoria íntegra y luminosa, crear conciencia colectiva, recordar a las víctimas, pero también a aquellos que en momentos difíciles fueron capaces de recuperar la dignidad y optaron por el perdón y la fraternidad.
Es muy importante el diálogo, encontrarnos, ayudarnos, crear vínculos y lazos de fidelidad, ver en el otro un hermano a quien sostener y amar, con una vida coherente.
Hay una gran necesidad del anuncio y tenemos la responsabilidad de dar testimonio. Los cristianos no podemos esconder la música del evangelio, que vibra en nuestras entrañas que hace brotar la compasión y la necesidad de reconciliación.
No podemos negar al otro, el bien que hemos recibido. El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de Dios. La actividad misionera, representa el mayor desafío de la Iglesia, anuncio paciente y alegre. Debe ser prioridad absoluta de los cristianos. Ser fermento de Dios en medio de la humanidad, anunciar y llevar la salvación al mundo que se pierde, dejar que el Evangelio se encarne en cada pueblo.
¿Dónde está Abel, tu hermano? Ninguno podemos responder no sé, no soy el custodio de mi hermano. En mi hermano esta la prolongación de Jesucristo.
El que dice que ama a Dios y aborrece a su hermano, es un mentiroso, si no amas a tu hermano a quien ves ¿cómo vas a amar a Dios que no ves? La parábola del buen samaritano, refleja la importancia de amar al que tengo cerca. La fraternidad debe empezar de lo local a lo universal.
María Jesús está en el foro ecuménico Abraham, que reúne a judíos cristianos y musulmanes, para dialogar y compartir proyectos e inquietudes. La guerra entre Israel y palestina ha traído muchos momentos de dolor, pero hemos decidido rezar unidos por el fin y por las víctimas. Nuestro diálogo fraterno, es una gota de amor y esperanza para la humanidad.
A continuación Enrique Bayo Mata nos habló al corazón con el diálogo, un camino para la paz.
Si quieres la paz, prepárate para la paz. Tenemos que vivir en una dinámica de conversión y transformación. Últimamente, parece que sólo aprendemos de las catástrofes y del dolor. En la pandemia nos dimos cuenta de que somos frágiles y estamos interrelacionados, pero ya se nos está olvidando.
Tenemos actitudes destructivas, somos muy críticos con el hermano. La guerra es la dinámica relacional y constante de este mundo, lo vemos en la corrupción, en que somos depredadores de la Tierra, en el dominio de los pueblos sobre los débiles, en el mercado que favorece sólo a unos pocos, y muchas veces obtengo beneficio en detrimento tuyo.
Vivimos en una ceguera antropológica, no somos conscientes de las enormes potencialidades del ser humano. Y descuidamos la identidad profunda de lo que somos cada uno. No somos rivales, debemos integrarnos en el camino de la paz, de forma personal primero y luego como comunidad.
Buscar la paz, es revertir la tendencia suicida de nuestro mundo. Hambre, guerra y carestía. Vamos a volver a la carta de racionamiento, si no cambiamos nuestro espíritu depredador. Debemos concretizar en pequeños gestos. El mundo está redimido, salvado por Cristo, muerto y resucitado, “yo he vencido al mundo”, pero eso hay que pasar de los yos egocéntricos al nosotros.
La no violencia es una condición para la construcción del Reino. La guerra es un estado personal en sentido de agitación mental, superficial. La vida es dinamismo, es un flujo de pensamientos, sentimientos… normalmente contradictorios. La guerra la tenemos dentro de cada uno de nosotros.
La escucha es fundamental para el diálogo. Morir a lo que yo ya sé, para acoger lo que el otro propone.
Hay confusión e infelicidad, cuando la vida no fluye. ¿Por qué no estoy plenamente humano? Porque no estamos en contacto con la vida. Estar desconectado con la vida, nos fastidia y muchas veces culpabilizamos al otro. Nuestra felicidad hace que reaccionemos de otra manera. Yo estoy mejor cuando construyo la paz. Soy más vida. Debemos estar dispuestos a morir, no a matar. Nos faltan profetas, que tengan fuerza, pero muchas veces preferimos adaptarnos a una sociedad enferma. Mi reino no es de este mundo.
Liberación interior y transformación del mundo van juntos. Antes de buscar la paz en el mundo, es importante construirla en tu propia casa. Y no hay paz en casa si no la hay en el corazón. No puedo meter orden de mi casa, retirándome de la responsabilidad social del mundo. Construiremos el mundo que vivamos dentro, no lo podemos aislar o separar. Como los discípulos de Jesús, no nos quedamos en el monte Tabor, hay que bajar a compartir lo vivido y a construirlo. En muchas cosas, no sabemos lo que le pasa a nuestro hermano.
Nicole Ndongala, actual directora de Karibu, vino del Congo, su madre le dijo que en la Iglesia podía encontrar caridad, paz y fraternidad.
El mundo no respira la paz, sino el odio, el rechazo hacia el otro, y sólo pensamos en yo, no en nosotros. Hay muchos discursos en la prensa o en la calle, con un lenguaje racista que queda impune, por lo tanto, la sociedad lo acoge. No pueden estereotipar a los migrantes. Hay que hablar también positivamente de ellos.
La adaptación a cada persona es individual, me escucharon, y eso es importante, no es lo mismo que hable tu idioma a que no. Ya tenía dignidad, ya estaba empoderada por el camino, muchos venimos sin información ni formación, por eso al llegar necesitamos más acompañamiento. Al principio la acogida en Karibu eran frailes y hermanas y ahí se vivía la fraternidad.
Es importante pedir la justicia para una migración digna. ¿La fraternidad qué es?, ¿darle de comer, abrazarla, abrirle la puerta? Hace falta respeto mutuo, educación intercultural, tender la mano, empatía y diálogo. Necesitamos protocolos generales que no dependan de un gobierno. No hablar de fraternidad es no hablar de humanidad.
Fidel García, secretario General de la Comisión de Justicia y Paz de España, nos contó qué es la Campaña internacional para abolir las Armas Nucleares (ICAN), para que no las utilicen es mejor que no existan. Hay esperanza, los pasos que se están dando, son para pasar de la no proliferación a la eliminación.
Una persona bombardeada en Hiroshima que sigue viviendo, decía “nunca pensé que vería este momento” en el que la gente se comprometa a firmar un compromiso para eliminar sus armas nucleares. “Si amáis este planeta, firmad este compromiso”, deno desarrollar, no ensayar, fabricar, adquirir, almacenar, estacionar, usar o amenazar con armas nucleares, eliminar, desactivar y destruirlas.
Acabamos el encuentro celebrando una eucaristía que nos invitó a alimentar nuestros talentos y construir paz y fraternidad a nuestro alrededor.
Mª Belén Sánchez Gil