Una Navidad compartida que siembra esperanza en la misión de Cuba
La alegría, la música y la fe reunieron a la comunidad educativa del proyecto FIA

En la misión dominicana en Cuba, el Proyecto de Formación Integral de Adolescentes (FIA) acompaña a jóvenes en una etapa clave de su desarrollo personal, educativo y humano. Desde el Centro de Estudios Fray Bartolomé de las Casas, este proyecto ofrece un espacio de formación integral que articula saberes académicos, valores, comunicación y espiritualidad, respondiendo a los desafíos que atraviesan muchos adolescentes en el contexto social cubano actual.
A lo largo del curso, el proyecto FIA se convierte en un lugar de referencia donde se fortalecen la autoestima, las habilidades sociales, el sentido de comunidad y la esperanza. Este camino educativo y misionero puede conocerse en profundidad en el artículo de Fr. Raisel Matanzas Pomares, OP: «Retos y esperanzas en la formación integral de adolescentes en Cuba», que ayuda a comprender el alcance y el impacto de este proyecto en la vida de los jóvenes.
Desde esta experiencia concreta de acompañamiento, la celebración de la Navidad adquiere un significado especial como expresión de encuentro, alegría compartida y fe vivida en comunidad.
Una Navidad vivida en Comunidad
En los últimos días del año, y primeros del mes de enero, familias y comunidades de todo el mundo celebran, con fe y agradecimiento, la Navidad.
En la mañana del 13 de diciembre de 2025, en la misión de Cuba, el Proyecto de Formación Integral de Adolescentes (FIA) unió a sus estudiantes de los cursos Creciendo Juntos y Vamos por Ahí, grupos I y II de ambos, para rememorar la festividad.
La colocación del tradicional árbol de Navidad estuvo bendecida por Fray Celio de Padua, OP, Rector del Centro de Estudios “Fray Bartolomé de las Casas”, acompañado por el Administrador del Centro, Fray Raisel Matanzas Pomares, OP, y la Subdirectora docente M.Sc. Ana María Sánchez Castro, junto a colaboradores de la institución.
También fueron invitadas las hermanas Andrea y Alejandra López Gavilán, estudiantes del Conservatorio Amadeo Roldán y descendientes de una de las más importantes familias de músicos de esta isla, quienes interpretaron dos sones tradicionales, homenaje a la reciente nominación de este género como Patrimonio de la Humanidad, y el muy conocido villancico “Noche de paz”, para gran emoción de los presentes.
Hubo juegos, regalos, confituras y sonrisas. Ese ambiente de felicidad, amor y credo, que tanto se necesita y compensa, en este tiempo y en todos los tiempos.
Aymée Borroto
Profesora de Cultura Popular y Tradicional
TU AYUDA SOSTIENE NUESTRAS MISIONES


