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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

La Historia de la Misiones nos enseña la memoria de Martina porque ¿sabías...

...que murió para dar vida?

Martina, promotora salud Tipeshiari, Perú. Misioneros Dominicos Selvas Amazónicas

Martina era la promotora de salud de Tipeshiari, mujer alegre y simpática y siempre dispuesta a colaborar. Tenía tan solo treinta y tres años, la edad en que Jesús también murió por darnos vida.

Esta comunidad está alejada un día de Kepashiato, el centro poblado más cercano. Martina estaba gestando su cuarto embarazo. Sabía cuidarse y visitaba frecuentemente la posta de Kepashiato por ella y por sus paisanos. En la última visita que hizo, le recomendaron que se quedara en Shimaa, comunidad muy cercana a la posta, hasta que diera a luz para que fuera atendida por la obstetra de dicha posta. Pero ella dijo que había escuchado por Radio Quillabamba que venía el misionero dominico a visitar su comunidad y no podía faltar porque ella siempre acompañaba al padre y traducía lo que éste decía a sus paisanos.

Subió en ese estado un día de camino hasta Tipeshiari y se quedó en la casita que tiene, dos horas alejada de la comunidad. Debió de sentirse ya mal, porque no estuvo durante la visita del misionero, ni su esposo Carlos avisó de su estado a la comunidad ni al padre, que la hubiera socorrido. El padre se extrañó de su ausencia y salió dos días después hacia las comunidades del río Apurímac. A su regreso, visitando la posta de Kepashiato le informaron que dos días antes había muerto Martina en su casa, luego de dar a luz y retener la placenta. Murió desangrada, pero alumbrando la vida de su cuarto hijo, Fran. Las enfermeras de Kepashiato subieron a su casa y rescataron a la criatura en estado lamentable porque Carlos no cuida bien a sus hijos. Nadie se quería hacer cargo de la criatura y tuvieron que bajarla a la posta. Gracias a Dios y a Rosita, hermana menor de Martina que al fin se compadeció y decidió atender a su sobrinito, siempre con la ayuda de la posta.

Al regresar a los meses, el misionero se encontró con una noticia bien triste y otra bien alegre. La triste, que habían muerto tres niños lactantes por neumonía. La alegre, que habían destacado una posta con enfermera permanente a la comunidad de Tipeshiari. Martina había muerto para dar vida. La vida a su hijito y la vida a su comunidad, porque ahora no será tan fácil que mueran más niños por abandono, desnutrición, neumonía o cualquier otra enfermedad que les acecha frecuentemente. Además la enfermera les presionará para que bajen a la posta de Kepashiato a terminar su gestación y dar a luz con seguridad.

Martina: morir para dar vida (2011)

 

La foto corresponde a Martina