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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

La Antropología de las Misiones es muy interesante porque ¿sabías...

...cómo teje el pueblo matsigenksa sus vestidos?

Mujer tejiendo Misioneros Dominicos Selvas Amazónicas Matsigenka Perú 700

El Padre Joaquín Barriales lo contaba así…

“Lo que es conocido con el nombre de kushma, en idioma machiguenga se llama Kitsagarintsi y manchakintsi. Es una túnica de algodón que va desde los hombros hasta casi los tobillos, hecha de dos piezas unidas, en forma vertical para el hombre y horizontal para la mujer. Asimismo, tiene diferente abertura para la cabeza, lo que distingue también el sexo de quien lo usa. En el hombre tal apertura es vertical, del pecho a la espalda; y en la mujer horizontal, de hombro a hombro.

Los machiguengas de Tokompinía, de Alto Timpía y del río Manu utilizan solamente una pampanilla de algodón, horizontal, llamada “shipirontsi”, que les cubre de la cintura a las rodillas, tanto a hombres como a mujeres; y varios grupos de las cabeceras de Timpía, no utilizan ropa alguna.

El tejido de algodón es producto del trabajo de la mujer, si bien el hombre siempre en su chacra la planta del algodón. La mujer cosecha su fruto, lo desmota, lo hace secar al son en esteras, y lo hila. El hilado es una operación lenta para el que utiliza la mujer un huso (kikikaméntontsi), hecho con un palito de chonta o pona, la misma madera de palmera con la que el hombre construye su arco y algunas flechas la que añaden en su extremo un botón del barro especial (kípatsi). Para hacer girar el huso, coloca su punta (okii) sobre una especie de plato (tsota) o calabaza en el que introduce un polvillo blanco, conseguido al quemar y moles y una piedra especial micácea llamada “soko” y con el objeto de que el giro del huso no queme la madera. Sobre él se va acumulando el hilo (otsa), que, diestramente, va formando por la presión de sus dedos pulgar, índice y anular, imprimiéndole el movimiento giratorio.

Algunos ovillos de algodón sufren posteriormente un proceso de hervido con colorantes, bien sea rojo (potsoti), negro (potsotaróki), o azulado (ana). Y una vez preparado el hilo, blanco y de colores, ya puede pasar al telar, instrumento de industria y artesanía común a muchas etnias americanas. El machiguenga conoce su telar y todas sus partes con denominaciones apropiadas. Sobre un palo, de unos 80cm. aproximadamente, llamado “Kyetsi”, amarra largas tiras de hilos, distribuyéndolos en franjas blancas y de color, hasta una longitud de tres o más metros, según el tamaño de la Kushma. Todo el ingenio de la combinación y tejido de los hilos se fundamenta en tres palos pulidos, cada uno con forma propia: “oaméntontsi” lenceolado, “shintikabi” rectangular y “chakipipi” redondo. Con ellos se separan a uno y otro lado los hilos, arriba y abajo, posición que asegurará el paso horizontal de una lanzadera (opantsatakyerontsi) con su correspondiente hilo. Todo el telar va amarrado por los dos extremos. El de arriba a un árbol o a una viga de la casa, y el de abajo a la cintura de la mujer con una cinta de algodón llamada “sagombirontsi”, similar a la que usa la machiguenga para llevar a sus hijos cargados en su costado.

La mujer machiguenga conoce numerosas formas de tejer y combinar los hilos, teniendo cada una de ellas su propia denominación. Algunos de tales puntos del tejido lo esquematizamos en el grabado siguiente:

Ilustración tejidos grabado Matsigenkas Misioneros Dominicos Selvas Amazónicas Perú
En el telar confecciona también la mujer pequeñas bolsas o chuspas (“tsagi”) que van sujetas por una cinta de un centímetro de ancho y unos 70 u 80 cm. de largo, a manera de soporte. Esta cinta es confeccionada a mano y también la usa como pulseras (“máretsi”) amarradas a las muñecas y sobre los tobillos.

La Kushma, de algodón blanco, lleva anchas franjas de color, con diversos puntos o dibujos. Tales franjas las llaman “Otsapa”; y las franjas blancas, tan anchas como aquellas, las denominan “oamantakyerora”. Pero el machiguenga gusta de teñir posteriormente toda su túnica de color rojo pardo, o rojo intenso. En sus mitos solamente lleva sus Kushma blanca Tasorintsi, el poderoso que ha hecho a los machiguengas. Para teñir aprovechan la semilla del achiote (potsoti) o bien la corteza del árbol “potsotaróki”, aunque también conocen otros bejucos, enredaderas y hojas útiles como colorantes"

La foto corresponde a una mujer tejiendo tradicionalmente