La Antropología de las Misiones nos invita a conocer más a los Matsigenka porque..
¿conoces las condiciones físico-fisiológicas y sus enfermedades más comunes?
El misionero dominico Wenceslao Fernández O.P. en 1925 nos lo contaba así…
Los rasgos físicos más característicos de los Matsigenka son: color aceitunado, estatura regular (abundan los tipos altos), cabeza bien formada, algo piramidal; cara ancha, de pómulos salientes, nariz baja, de fosas anchas; frente alta; abertura de los ojos estrecha y algo oblicua; cabello negro, duro y corto; las pocas barbas bien hirsutas; aspecto duro.
Resisten temperaturas muy diversas, tan pronto están bajo un sol abrasador, como zambulléndose en el agua largo rato; duermen con sus trapos mojados, sufren fuertes aguaceros, largas hambrunas y penosas caminatas. Es muy extraordinaria entre ellos la longevidad, mueren sin canas ni calvicie, con pocas arrugas y con la dentadura blanca.
Entre las enfermedades que padecen: muchos tienen manchas y afecciones en la piel, debido a su exposición al sol. Los órganos respiratorios son frecuentemente afectados por inflamaciones pulmonares, traqueales, laringitis y procesos gripales fuertes. Sufren trastornos gástricos, con diarreas y disenterías mortales. En las mujeres, los catarros uterinos, la irregularidad de las menstruaciones son ordinarias, los descuidos en el sobreparto suelen pagarlos muy caros; les acarrean un sin número de complicaciones en el organismo. Son poco prolíficos, la natalidad es bastante baja.
Tienen un sistema muscular muy desarrollado y macizo, sin embargo, se cansan rápido. Sus sentidos externos son muy perfectos: oído finísimo, perciben a distancia ruidos que para nosotros no es posible, como el lejano murmullo de una caída de agua, los palitos que rompen las fieras del monte en su lenta carrera… Lo mismo pasa con la vista, entre el agua sucia ven los peces, a distancias enormes distinguen los animales, las personas, las clases de árboles… El olfato es notablemente intenso: a distancia notan la vecindad de algún animal y de personas por el olor, nada llevan a la boca sin que pase por el tribunal de sus narices. Es admirable aún así, la mayor potencialidad en los sentidos, que Dios les ha dado.
La foto correspone a hombres Matsigenka cazando, misión de Kirigueti