Síntesis del segundo encuentro de voluntariado

Lo primero que quiero destacar de nuestro segundo encuentro de voluntariado, es la conmoción personal en volver a encontrarnos después del primer encuentro del mes de octubre. Y como dice San Juan (15, 9-17) “A vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”.
De vosotros que ya sois mis amigos, además de compañeros de misiones, os traslado como se ha saciado la sed de conocimientos que albergaba sobre la materia de este segundo encuentro de misiones.
Ha sido un encuentro vivencial donde en la alegría de volver a vernos, hemos interactuado de forma plena en oración y con más confianza y entrega, propiciado por el mayor cariño que nos vamos trasmitiendo y ser parte de la gran familia de Dios y nosotros en nuestro particular pedacito de acción con el prójimo y con nosotros mismos. No hay duda que a la vez que buscamos ideas de colaboración y ayuda al más desprotegido y débil de nuestra sociedad, activamos las lagunas de nuestro corazón y crecemos en nuestro ser interno para hacernos mejores personas e hijos de Jesús.
Por ello, quiero esbozar unas ideas conclusivas que me han surgido de nuestro encuentro:
   1º) La brillante y conmovedora exposición de la Hermana Geraldina que nos trasmitió la importancia del reconocimiento de los Derechos Humanos y su implantación en distintos ámbitos de la vida social y religiosa y como las personas vulnerables encuentran protección en esos derechos que del primero al último merecen un respeto social y protección y desarrollo por todos los seres humanos y los distintos organismos gubernamentales.
Quiero destacar el tenaz esfuerzo de Geraldina a la hora de concienciarnos en el respeto de los derechos fundamentales de todo ser humano y como cada uno de nosotros desde nuestro particular quehacer del día a día y más aún cuando nos encontremos en misiones, debemos llevar a cabo en garantizar que se respetan los derechos que estuvimos analizando y se aplican de forma efectiva en todo la sociedad, sea quien sea la persona titular de esos derechos y el lugar donde se encuentre. Y ello porque para la exigencia de su cumplimiento no se puede mirar el color de la piel de la persona, ni de dónde viene o tiene su lugar de residencia, pues todos somos hijos del mismo Dios y se trata de derechos universales y primordiales por tener la condición de personas.
  2º)  De la dinámica del paso al frente quiero destacar como muchas veces en la vida, experiencias traumáticas o injustas propiciadas por la propia vida o por la acción de otras personas que pueden dañarnos, nos pueden hacer retroceder en nuestro desarrollo y crecimiento personal y dejarnos estancados en un foso sin saber cómo salir de ahí, mientras la vida sigue pasando para el resto de mortales. Esas desagracias por quienes las padecen les pueden bloquear y hacer que no evolucionen mientras otros continúan su camino hacia adelante dando pasos que tú no eres capaz de dar. Por eso es importante el encuentro, la oración y buscar la mano tendida de personas que como todos nosotros estamos dispuestos y preparándonos para ayudar. Donde un mal suceso niebla tu visión, hay que seguir aún con lágrimas en los ojos porque después de esa niebla siempre habrá un cielo azul que te mostrará un universo de nuevas oportunidades y cosas por hacer.
  3º) Por último de la jornada del sábado destaco como Sagrario y Lourdes supieron mantenernos atentos/as a su brillante exposición y esas bonitas fotos y vídeos de sus días de misión en Guinea Ecuatorial. La trasmisión de sus anécdotas y la narrativa de sus días de misión aumentaron más aún si cabe nuestros deseos de estar también en esos lugares, para dar y recibir el cariño y calor humano que nos supieron trasmitir de su estancia.
   4º) De la mañana del domingo quiero destacar la amena charla de nuestro querido padre Cacho y como siempre que nos habla sabe conectar con nosotros y en este caso su magistral exposición del concepto de cultura e interculturalidad.
 También destacar los dos testimonios de los migrantes acogidos por el Proyecto Balimayá, que nos hicieron sentir de viva voz y en primera persona lo que casi a diario vemos en los informativos de televisión y que como una noticia más no les prestamos la debida atención. Esos testimonios contados por la persona que ha vivido esos momentos de peligro e incertidumbre, te hacen ver la importancia del hecho y como una persona que en ese momento la ves al igual que a ti mismo, unos días antes, tuvo que superar una prueba de vida difícil que seguramente todos no seríamos capaces ni de emprender ni de superar.

La reflexión que saco es, como la necesidad y el interés de superación personal y profesional, te puede llevar a arrojarte al mar sin saber si llegarás a tu destino o te quedarás en el camino o mejor dicho en el fondo del mar, como desgraciadamente muchos se quedan sin cumplir sus sueños y los que llegan, ahora son un rostro de alegría y felicidad bendecida por nuestro Padre.

Ya por último, como no, destacar los ratos tan amenos, de amistad, compañerismo misionero, cariño y amor cristiano que nos unen en las comidas en la misma mesa y compartiendo la comida como hermanos que nos van uniendo  en cada encuentro cada vez con más ahínco y sentimiento fraternal.

Por todo ello, seguimos nuestro camino y deseando que llegue el tercer encuentro de convivencia, porque como dijo Antonio Machado, “caminante no hay camino sino que se hace camino al andar…”, y tenemos que seguir haciendo camino.

Alejandro Martín