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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Voluntariado Misionero: Qué bien se está cuando se está bien

Elena Martín Tascón, la voluntaria más joven de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas nos envía su testimonio desde la misión de El Seibo, República Dominicana.

Voluntarias Radio Seibo 2022

 Hace ya casi dos semanas que pisé tierra dominicana y aún estoy intentando encontrar palabras para describir mi estancia aquí. Hay días más complicados, momentos en los que el alma se te cae a los pies mientras observas el mundo que te rodea. Pero también están esos instantes en los que el corazón se te llena de una sensación tan esperanzadora que es imposible no darle las gracias a Dios por ello. Y es que he visto gente muy pobre y necesitada darse hasta más no poder por intentar ayudar al otro y poner su granito de arena en lo que pueda. El otro día alguien decía "Da más el que quiere que el que puede", y qué verdad más grande.Voluntarias en Magarin

He visto enfermos tumbados en el suelo de una casa (si es que se le puede llamar casa a esa pequeña construcción) esperando que llegara el momento de marchar. He visto las caras de presos que llevan años encerrados esperando que alguien abogue por ellos. He visto ancianos alejados de toda civilización esperando, aunque sea, una pequeña y esporádica visita de alguien que se interese por su bienestar. He visto, sobretodo, gente que espera... pero que en ningún momento pierde la esperanza y la fe. Porque es lo único que les queda: confiar en que todo mejore. Por mucho que, tristemente, esa mejora no siempre llegue.

Hermanos Agustinas Seibo
A pesar de todo, la hospitalidad es una de las cosas que más me ha sorprendido de mi estancia. Porque no he pasado por una casa en la que al entrar no me hayan ofrecido una silla, un jugo y una galleta. Incluso cuando los mismos anfitriones viviesen en situaciones en las que nadie querría verse. Es en esos momentos en los que el alma se te llena de esperanza y agradecimiento por cada uno de esos rostros que no se apagan ni por un instante.
Paisaje Seibo
Nuestra labor aquí no es tan espectacular como pudiera parecer desde fuera, al fin y al cabo nuestra estancia es pasajera, pero todos intentamos, de alguna forma, darle voz a los que no la tienen. Ya sea a través de Radio Seibo o hablando cara a cara con los que más compañía necesitan, intentamos acercarnos siempre un poquito más a la misión que Jesús dejó. Nunca se rodeó de ricos, políticos o grandes empresarios, sino de enfermos, pobres, prostitutas y presos. Y estando aquí, uno se da cuenta del porqué, y se siente un poquito más cerca de Él.

Biblia en casa de Julia Álvarez SeiboEn ese remolino de emociones que provocan las imágenes que veo día a día, hay una cosa muy clara: siempre he sentido que estaba en familia. Todos me han acogido con loa brazos abiertos (literalmente), y me han tratado como si hubiese estado aquí toda una vida. Es un sentimiento maravilloso y difícil de poner sobre el papel con palabras. Pero qué bien se está cuando se está bien. 

Elena Martín Tascón