Desde Tailandia
Mónica y Alicia, tres semanitas después, nos cuentan como siguen en el orfanato de Mae Sot de las Misioneras de Santo Domingo.
Sawatdi Kha familia! Hemos mandado todo a tomar por mundo y aquí estamos, a diez mil kilómetros de casa, ¡Más felices que una perdiz! Cumpliendo el propósito que llevábamos todo este año trabajando.
El viaje hasta mae sot, fue muy largo y no empezó con el mejor pie posible… Como nos parecía que 14 horas de vuelo hasta Tailandia no era suficiente, perdimos el vuelo hasta mae sot, a lo que le sumamos 8 horas más de trayecto en bus. Nuestras ganas de llegar y la incertidumbre nos desbordaban. Pero en la vida todo llega y todo pasa, y un día después de lo previsto aparecimos en el orfanato.
Los niños nos dieron una calida bienvenida desde el minuto uno y en seguida nos fuimos sintiendo parte de esta gran familia. Eso si, no todo es color de rosa y al principio nos vimos un poco desorientadas, pero nos sorprendió lo rápido que nos adaptamos al medio (los horarios, la comida y… ¡los bichos!). Ahora nos sentimos como si estuviéramos cursando un master de vida, disfrutando muy intensamente, de la sencillez del día a día con los niños y de las pequeñas cosas que ella nos brinda. Y es que no necesitamos más para ser felices, solo eso, SER.
Antes de despedirnos, os animamos de todo corazón a vivir una experiencia de misión, al menos una vez en la vida. Vas a recibir mucho más de lo que esperabas, si sabes abrir tú corazón acorde a las circunstancias. Porque no hay dinero que lo pague, ni nadie que te lo cuente mejor que tú a ti mismo.
Un abrazo muy muy fuerte,
Monica y Alicia