Voluntariado Misionero: Bendita misión de El Seibo
Empezar la misión con una Ordenación sacerdotal y una profesión solemne de un fraile a la Orden de Predicadores es un regalo. Por Belén Sánchez Gil
Ayer fue un día grande para los dominicos y para El Seibo, Fray Cecilio Molina hizo su profesión solemne como frailedominico hasta la muerte y Fray Juan Manuel Febles se ordenó sacerdote.
Fue una celebración compartida con mucha gente querida de muchos lugares y en el ambiente se respiraba una gran alegría, agradecimiento y cariño por sus vocaciones.
Una celebración llena de Dios, con profundos momentos de oración en momentos como la postración o la imposición de manos. De muchos gestos, el abrazo del Provincial a Cecilio, revestimiento a Juan Manuel con la casulla en manos de su madre, Fray Miguel Ángel y su tía, la unción de las manos que van a consagrar o entregarle el cáliz y la patena.
Monseñor Jesús Castro les dio muy buenos consejos: que se preocupen y comprometan con los más vulnerables, que se apasionen por el evangelio, que confíen en Dios, que sirvan, que sean buenos pastores, que quieran y cuiden a sus ovejas, sobre todo a las más heridas, que salgan a su encuentro y las abracen, que vivan con Jesús la gran alegría de caminar juntos y compartir con el pueblo de Dios, que sean luz, que amen a todos incluso a los que no les comprenden, que sean mediadores…
Hoy la primera misa de Juan Manuel ha sido emocionante y entrañable, por el apoyo de su comunidad que ha caminado en la fe junto a él, la predicación tan cariñosa de Miguel Ángel donde le aconsejaba rezar y confiar en Dios, las palabras de muchos, la alegría del coro, la primera consagración, las ofrendas llenas de sentido, sentir que Dios nos desborda con su presencia, muchas veces sin que le busquemos o llamemos, y una palabra que brota del corazón: gracias.
Juan Manuel y Cecilio, gracias porque sois dos bendiciones, vuestras vidas hablan bien de Dios, gracias por vuestro compromiso por la dignidad de los más vulnerables, gracias por vuestro amor a todos, gracias por crear comunidad y por mediar entre Dios y las personas. ¡Sed muy felices en vuestra vocación!
Belén, voluntaria de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas
Fotografías de David, voluntario de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas