Responder al llamado con alegría
En este testimonio, Belén Rodríguez nos comparte el camino que la ha llevado hasta Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas, un recorrido marcado por el encuentro, el servicio y la fraternidad.
Es toda una bendición encontrarme aquí, en Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas. Agradezco a Dios y a los Dominicos la confianza que han puesto en mí para asumir esta nueva misión.
Tengo la inmensa suerte de haber crecido en una familia cristiana y dominica, donde se vive la alegría y el amor. Siempre hay disposición para ayudar y las puertas están abiertas al hermano y a Dios, siendo un testimonio de fe.
“Hablar con Dios de los hombres y a los hombres de Dios”. Santo Domingo de Guzmán
A este inmenso regalo, la vida me ha dado la oportunidad de encontrarme en el camino con maravillosos misioneros y misioneras que han sido para mí un ejemplo de vida y testimonio del amor de Dios. La humildad, la cercanía, la empatía, la lucha por la justicia y la confianza en Dios han sido algunos de los grandes valores que he aprendido de ellos. Me han dado la oportunidad de acércame a los favoritos de Dios, a conocer la miseria y el sufrimiento, pero con una mirada compasiva. He conocido la Esperanza a través de la oración y de tender la mano al hermano, donde el compromiso con el más vulnerable es su forma de vida. Juntos, hemos reconocido al Resucitado mediante la alegría del compartir, de vivir en comunidad, de ser una Iglesia abierta, humana, de escucha paciente y que está atenta a las necesidades de los demás.
“El testimonio de la cercanía a los pobres es la mejor predicación”. Papa Francisco.
Este tocar diferentes realidades, me ha permitido conocer a personas de distintos países, culturas, formas de vida que me han mostrado lo que es ser HERMANOS, hijos de un mismo Padre. Me han hecho conocer al rostro de Dios a través de ellos y vivir en fraternidad. Me siento muy agradecida por cada una de ellas, que me han permitido ensanchar el corazón y ampliar la visión del mundo.
“La vida está hecha de encuentros, y en estos encuentros nos revelamos tal y como somos. Nos encontramos frente al otro, frente a su fragilidad y su debilidad, y podemos decidir qué hacer: cuidar de él o hacer como si nada”. Papa León XIV
Tras este caminar, me pongo de nuevo al servicio, con ilusión y respeto ¡lista para esta nueva misión! Y como decía el Papa Francisco,“recen por mí”.
