Oración Madre de la Amazonía
.png) El Papa Francisco concluye Querida Amazonía, la Exhortación Apostólica Postsinodal, con una oración, en la que nos invita a dirigirnos a María, Madre de la Amazonía.
El Papa Francisco concluye Querida Amazonía, la Exhortación Apostólica Postsinodal, con una oración, en la que nos invita a dirigirnos a María, Madre de la Amazonía.
LA MADRE DE LA AMAZONIA
111. Después de compartir algunos sueños, aliento a todos a avanzar en caminos concretos que permitan transformar la realidad de la Amazonia y liberarla de los males que la aquejan. Ahora levantemos la mirada a María. La Madre que Cristo nos dejó, aunque es la única Madre de todos, se manifiesta en la Amazonia de distintas maneras. Sabemos que «los indígenas se encuentran vitalmente con Jesucristo por muchas vías; pero el camino mariano ha contribuido más a este encuentro».[145] Ante la maravilla de la Amazonia, que hemos descubierto cada vez mejor en la preparación y en el desarrollo del Sínodo, creo que lo mejor es culminar esta Exhortación dirigiéndonos a ella:
Madre de la vida,
 en tu seno materno se fue formando Jesús,
 que es el Señor de todo lo que existe.
 Resucitado, Él te transformó con su luz
 y te hizo reina de toda la creación.
 Por eso te pedimos que reines, María,
 en el corazón palpitante de la Amazonia.
Muéstrate como madre de todas las creaturas,
 en la belleza de las flores, de los ríos,
 del gran río que la atraviesa
 y de todo lo que vibra en sus selvas.
 Cuida con tu cariño esa explosión de hermosura.
Pide a Jesús que derrame todo su amor
 en los hombres y en las mujeres que allí habitan,
 para que sepan admirarla y cuidarla.
Haz nacer a tu hijo en sus corazones
 para que Él brille en la Amazonia,
 en sus pueblos y en sus culturas,
 con la luz de su Palabra, con el consuelo de su amor,
 con su mensaje de fraternidad y de justicia.
Que en cada Eucaristía
 se eleve también tanta maravilla
 para la gloria del Padre.
Madre, mira a los pobres de la Amazonia,
 porque su hogar está siendo destruido
 por intereses mezquinos.
 ¡Cuánto dolor y cuánta miseria,
 cuánto abandono y cuánto atropello
 en esta tierra bendita,
 desbordante de vida!
Toca la sensibilidad de los poderosos
 porque aunque sentimos que ya es tarde
 nos llamas a salvar
 lo que todavía vive.
Madre del corazón traspasado
 que sufres en tus hijos ultrajados
 y en la naturaleza herida,
 reina tú en la Amazonia
 junto con tu hijo.
 Reina para que nadie más se sienta dueño
 de la obra de Dios.
En ti confiamos, Madre de la vida
 no nos abandones
 en esta hora oscura.
 Amén.
Papa Francisco


