No son países pobres sino empobrecidos
Este es uno de los mensajes que queremos transmitir con nuestras actividades de sensibilización en colegios e institutos. Nos gusta llamar la atención, de los niños y jóvenes a los que nos dirigimos, sobre la curiosa coincidencia que acontece en muchos países en África y Sudamérica: y es que los países más ricos en recursos de nuestro planeta, son al mismo tiempo los países en los que su población sufre más situaciones de guerra y violencia y tiene un menor acceso a derechos básicos como el agua, la educación, la sanidad, etc.
Esto no es casualidad, hay muchas causas relacionadas con quién tiene el control de esos recursos detrás de esta aparente “maldición”. La revista Mundo Negro ha publicado un artículo en el que profundiza en las razones de esta situación: “África tiene el subsuelo más rico del planeta y, al mismo, tiempo alberga la pobreza y miseria más arraigadas.”
Michael Gibb, experto de la oenegé Global Witness (GW), hace un análisis sobre este vínculo entre los conflictos armados y los recursos naturales: “En muchos casos variará con el recurso en cuestión y con el contexto del gobierno local. Si bien algunos conflictos tienen que ver con el acceso a los recursos naturales, a menudo las raíces del conflicto van más allá, pero los recursos naturales proporcionan los medios para extender e intensificar los conflictos, o proporcionar incentivos económicos a los partidos clave para que prevalezca el caos sobre la paz”.
La clave para que se perpetúen algunos de los conflictos es que se trata de productos muy fáciles de contrabandear debido a su escaso tamaño, como el oro y los diamantes; son fáciles de extraer ya que no requieren de maquinaria sofisticada, tienen un mercado que siempre busca satisfacer la demanda y, en algunos países, pueden ser difíciles de controlar para los Gobiernos, con lo que son fuentes de financiación relativamente accesibles para grupos armados, como en el caso de la República Democrática del Congo. La antigua colonia belga prevalece como uno de los rincones más inestables del continente, especialmente las zonas cercanas al lago Kivu, fronterizas con Uganda y Ruanda, donde hay grandes reservas de minerales.
Podéis leer el artículo completo de Mundo Negro en este enlace.