Luces de El Gallinero, un poblado chabolista a 12 km de la Puerta del Sol
Os dejamos aquí un reportaje que lleva mucho trabajo detrás pero también mucho de lo que susurra el corazón. Está contado por Abel, un niño que vive allí. Un reportaje de los que emociona y da mucho que pensar. Ojalá seamos capaces de responder al llamado que nos hace como vecinos suyos.
Para quien no lo sepa, El Gallinero es un poblado chabolista en el que resulta sencillo ver a niñas recogiendo agua de una fuente en grandes bidones para llevarla hasta sus casas, menores jugando descalzos, adultos que no saben leer ni escribir que ven cómo su descendencia empieza a ir por primera vez al cole y otras realidades a las que nos tienen acostumbrados los reportajes sobre los países en vías de desarrollo. El único matiz, que no es para nada trivial, reside en que este poblado está ubicado a escasos 12 kilómetros de la Puerta del Sol y no en algún continente lejano.
No ha pasado ni una semana desde que terminamos de rodar el vídeo que hoy queremos presentaros y, la realidad de la que habla, ya ha cobrado una actualidad muy distinta a la que desearíamos. Ayer mismo, con el habitual despliegue policial digno de una zona de guerra, los habitantes del poblado chabolista de El Gallinero recibieron las notificaciones que les informaban de que, en menos de un mes, el Ayuntamiento de Madrid procedería a derribar sus viviendas. Menos de treinta días para que este asentamiento en el que llevan trabajando diferentes agentes sociales a lo largo de siete años con resultados soprendentemente positivos simplemente desaparezca. El trabajo y el esfuerzo de todo un pueblo será, si nadie lo impide, arrastrado por la pala de las excavadoras.
El Gallinero es, como decimos, un poblado chabolista en el que resulta sencillo ver a niñas recogiendo agua de una fuente en grandes bidones para llevarla hasta sus casas, menores jugando descalzos, adultos que no saben leer ni escribir que ven cómo su descendencia empieza a ir por primera vez al cole y otras realidades a las que nos tienen acostumbrados los reportajes sobre los países en vías de desarrollo. El único matiz, que no es para nada trivial, reside en que este poblado está ubicado a escasos 12 kilómetros de la Puerta del Sol y no en algún continente lejano. Son nuestros vecinos. Una realidad de marginación entre los propios marginados (les echaron incluso de la Cañada Real) que evidencia que nuestra sociedad no funciona. El Gallinero, y las medidas que pretende llevar a cabo el consistorio con estivalidad y alevosía, son el fracaso de nuestro sistema.
Sin embargo, entre toda la miseria que de un simple vistazo puede observar cualquiera que se acerque hasta este barrio de no más de medio millar de habitantes, existen semillas de esperanza que demuestran que merece la pena apostar por esta gente. Luces brillantes que alumbran, si uno se deja, a todos los prejuicios que recaen sobre el colectivo gitano rumano. Niños y niñas que luchan por su futuro y sus ilusiones sin dejar de ser niños. Niños y niñas que son héroes sin rostro luchando contra su propia circunstancia y a los que ‘el Mundo de Mañana’ ha querido poner cara y nombre. Es por eso que nos lanzamos a realizar y ahora presentamos a todos nuestros seguidores este vídeo que se atreve a sacar lo que nadie antes ha sacado de un poblado chabolista: la esperanza. En este segundo trabajo audivisual de ‘el Mundo de Mañana’ producido con un cariño y una profesionalidad impecables por la gente de Drakkar, presentamos una cara de la realidad que es tan cierta como la que habitualmente nos muestran.
No me cansaré de decir que la mayor denuncia es comunicar la esperanza. Es muy difícil implicarse con aquello que vemos insalvable o que sólo nos envía mensajes de ofuscación e impotencia. Tal vez muchos de ustedes, después de escuchar a Abel Jordan, el joven protagonista del vídeo, entiendan como yo pude entender que esta realidad nos toca, y mucho. Que ese niño no puede vivir así. Menos a doce kilómetros de nuestra casa. Si es el caso, si esto les toca algo, los voluntarios que trabajan codo a codo con este pueblo nos pedirán ayuda para impedir la injusticia de un derribo inminente. En sus palabras, “ya conocemos qué pasa si se vuelve a Tanderei, así que empezaremos los recursos administrativos y la resistencia. Pero para eso hace falta más gente. Tal vez sea necesario ayudar a las abogadas en el trabajo de la presentacion de los mas de 100 recursos, demandas… Tal vez sea necesario hacer guardia para impedir que, como en otras ocasiones, se violenten las leyes y al amparo de una falsa oferta de alojamiento por el SAMUR, que sabiendo que no hay plazas en los campamentos las ofrecen como solución para lavar la cara y para que se vayan, se destruyan viviendas, que lo son, diciendo en los foros y a la prensa que se ha actuado legalmente“.
Les presento, en fin, un reportaje que lleva mucho trabajo detrás pero también mucho de lo que susurraba el corazón, tanto del que suscribe como del de la gente de Drakkar, mientras rodábamos. Como advertimos en los créditos del final, todas las respuestas de Abel son espontáneas. No hay nada retocado ni manipulado. A mí, después de verlo las mil millones de veces que conlleva un montaje, me sigue emocionando. Ojalá seamos capaces de responder al llamado que nos hace como vecinos suyos.
NOTA: Merece la pena verlo a pantalla completa. ¡Gana!
Miguel Ángel Vázquez
El mundo de mañana