El Rosario Misionero de Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas
En este mes del Rosario y de las Misiones, la oración sostiene la misión y nos hace parte de ella. Te invitamos a rezarlo con nosotros.

Octubre es el mes del Rosario y de las Misiones, por eso, desde Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas te ofrecemos nuestro Rosario Misionero. 
Recuerda que para rezar el Rosario se meditan cinco misterios diarios, cada uno enfocado en un momento importante del Evangelio. Después de meditar brevemente el misterio correspondiente, se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria. Se puede concluir con una jaculatoria mariana.
Los lunes y sábados se meditan los misterios gozosos, los martes y viernes los dolorosos, los miércoles y domingos los gloriosos y los jueves los luminosos.
El Rosario Misionero tiene también una dimensión universal, ya que cada color simboliza un continente: verde por África, rojo por América, amarillo por Asia, azul por Oceanía y blanco por Europa, recordándonos que la oración une a toda la humanidad. Para los dominicos, el Rosario es una forma sencilla y profunda de contemplar el misterio de Cristo y anunciarlo con amor, siguiendo el ejemplo de Santo Domingo, que enseñó a rezarlo como camino de fe, consuelo y esperanza.
Para los dominicos, el Rosario es una forma sencilla y profunda de contemplar el misterio de Cristo y anunciarlo con amor, siguiendo el ejemplo de Santo Domingo, que enseñó a rezarlo como camino de fe, consuelo y esperanza.
En este mes misionero, cada misterio del Rosario nos invita también a orar por los misioneros, por las comunidades que acompañan y por la predicación del Evangelio en los cinco continentes, siguiendo el ejemplo de María, Madre de las Misiones. 
Que nuestra oración fortalezca a quienes anuncian a Cristo y nos inspire a participar activamente en la misión de la Iglesia.
ORACIÓN INICIAL
Madre Santísima del Rosario,
Tú que escuchaste la palabra de Dios 
y con infinita generosidad te pusiste al servicio del Señor;
Tú que llevaste en tu seno al autor de la vida 
y lo trajiste al mundo para que iluminara con su luz,
las tinieblas de la historia;
Protege a las personas consagradas a proclamar el evangelio,
Haz florecer y fructificar las nacientes comunidades cristianas,
E infunde en ellas el espíritu profético que necesitan, 
para dar testimonio del evangelio de la paz.
Y despierta en nosotros el deseo de participar activamente 
en la misión de la Iglesia.
Lo pedimos por Jesucristo, 
nacido de tu vientre purísimo para nuestra salvación, 
que vive y reina, por los siglos de los siglos.
Amén.

MISTERIOS GOZOSOS
MISTERIOS DOLOROSOS
MISTERIOS GLORIOSOS
MISTERIOS LUMINOSOS
LETANÍAS DE MARÍA MISIONERA







