Cuando el Sur ayuda al Sur
Interesante artículo de Bernardo Baldeón recogido del blog Antena Misionera.
Estamos acostumbrados a que los países ricos del Norte ayuden a los países pobres del Sur. Nosotros que vivimos en el Norte, con nuestros medios y nuestra tecnología, somos los que podemos ayudar a los pobrecitos subdesarrollados del Sur.
No tenemos ni idea de que la ayuda de países del Sur hacia sus hermanos del Sur, suele ser mucho más eficaz que la nuestra. Sin que ello signifique que nos podamos desentender de nuestra aportación al desarrollo de los países pobres,
Hace pocas semanas se publicaba el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2013 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el título: El ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso. En sus 216 páginas va analizando la evolución de casi todos los países del mundo.
Helen Clark, al presentar el Informe señala como éste “destaca que en la última década todos los países aceleraron sus logros en las dimensiones de educación, salud e ingresos, según mediciones del Índice de Desarrollo Humano (IDH); en tanto que ningún país sobre el cual había datos disponibles tuvo un valor del IDH más bajo en 2012 que en 2000. A medida que se registró un progreso más rápido en países con IDH más bajo durante este período, se produjo una notable convergencia en los valores del IDH a nivel mundial, pese a que el progreso no fue parejo en el interior de las regiones y entre ellas”.
El Informe 2013 realiza un aporte significativo al pensamiento del desarrollo describiendo los impulsores específicos de la transformación del desarrollo y sugiriendo prioridades de políticas futuras que podrían ayudar a sostener dicho impulso.
Un mensaje clave incluido en este Informe sobre Desarrollo Humano es que el crecimiento económico por sí solo no se traduce automáticamente en el progreso del desarrollo humano. Políticas a favor de los pobres e inversiones significativas en las capacidades de las personas (mediante un enfoque en educación, nutrición, salud y habilidades de empleo) pueden expandir el acceso al trabajo digno y brindar un progreso sostenido.
En este sentido se señalan cuatro áreas específicas de enfoque para sostener el impulso del desarrollo: mejora de la igualdad, incluida la dimensión de género; dotación de voz y participación a los ciudadanos, incluidos los jóvenes; confrontación de presiones ambientales; y manejo del cambio demográfico.
Para apuntalar la riqueza de conocimiento, experiencia y pensamiento del desarrollo en el Sur, el Informe llama a crear nuevas instituciones que puedan facilitar la integración regional y la cooperación Sur-Sur. Numerosos países en todo el Sur han atestiguado un rápido desarrollo, y sus experiencias y la cooperación Sur-Sur son una inspiración para la política del desarrollo.
En el camino del desarrollo humano, que incluye pero va más allá del desarrollo económico, vamos aprendiendo que hay dos objetivos importantes:
Uno: permitir a los pobres tomar el control de los procesos de toma de decisiones que afectan a sus vidas. Deben ser sujetos y protagonistas de su propio desarrollo.
Dos: no hay que limitarse a “satisfacer las necesidades de los pobres”, sino ayudarles a articular esas necesidades y dedicarse no solo a hacer frente a los síntomas de la pobreza, sino fundamentalmente a los problemas que generan la pobreza.
Son acciones que solo se pueden realizar desde dentro. De ahí la importancia de potenciar la ayuda entre los países y las ONG del Sur, no todo tiene que llegar del Norte rico… Si dejáramos a los pobres ser protagonistas de su propia historia, posiblemente nos llevaríamos agradables sorpresas.