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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Sin Jurka

El misionero fr. Pablo Zabala nos escribe desde Colorado, contando con sencillez la situación que se vive actualmente en el distrito de Huepetuhe, en Madre de Dios, debido a la minería ilegal y a la respuesta del Gobierno en contra de la misma.

En la foto, pobladores de la zona miran cómo se desarrolla la operación denominada Principio de Autoridad, en la que se destruía maquinaría para combatir la minería ilegal.

 

Una costumbre cusqueña, que no sé de donde habrá venido. El que está de cargo de una festividad, llamado Mayordomo, suele hacer preparar el pan de Jurka. De tres tamaños por lo menos, de un color amarillo por la cantidad de huevos, dulce y aromatizado.

Uno encima de otro, envueltos en papel celofán, acompañados con una cervecita o un vaso de vino, van entregando a los devotos que se comprometen, a su vez, en colaborar con algo importante para la fiesta.

Hilda Quejías es la mayordoma de la Santísima Cruz para este 3 de mayo en Colorado, con este problema de la minería, los paros y reparos, son 5 meses sin trabajar, no hay muchas posibilidades. Más vale que llevan un año de preparativos.

No he hecho Jurka y no habrá cerveza, aunque hablen, yo quiero cumplir con el Señor, habrá comida para todos, es lo principal.

Mejor, le contesto. No te preocupes que para la tragadera siempre aparecerá.

Por todas partes se nota el bajón, cerca de 50 alumnos menos en secundaria, en los otros pueblos otro tanto. Los que pueden van emigrando. A la hora de ensayar las danzas no aparece el personal. Parecería que no va a haber negocio. Ni me llega el programa.

No obstante cada noche, frente a la iglesia, sacan el parlante y al ritmo van surgiendo los voluntarios. Ni refrescos ni galletas, nadie reclama. Por el distrito de Huepetuhe siguen bombardeando los campamentos mineros, esperamos que nos dejen pasar la fiesta en paz. También el tiempo ha ido acompañando. En la víspera arrancó el chaparrón de improviso, finalizando bruscamente las danzas.

En su día tuvimos que esperar que pasara la lluvia para salir en procesión y a ratos siguió remojando la escena. Nada nos detuvo.

Fr. Pablo Zabala, OP