Misioneros: portadores y receptores de esperanza
Un testimonio de vida misionera y esperanza desde Malabo

La Iglesia desde su institución por nuestro Señor Jesucristo siempre ha tenido un carisma misionero, eso quiere decir que ser misionero es salir de uno mismo (YO) para un encuentro con el otro (TÚ). Tuve la suerte de conocer a misioneras dominicas en Malabo (Guinea Ecuatorial) dos mujeres muy dinámicas que con su sola presencia animaban mucho al grupo de voluntarios de la parroquia Santa Maravillas de Jesús gestionada por los frailes dominicos. Pude ver en ellas brotes de esperanza que tenían por tanta juventud que las rodeaba, en las familias y en la humanidad en su totalidad. Por el otro lado los niños y jóvenes vivían con tanto entusiasmo y con una actitud de esperanza al ver a estas mujeres que dejaron sus tierras para compartir un verano con ellos.
El verano útil es la actividad más visible en el cual vienen en cada año voluntarios de Misioneros Dominicos a convivir con la Parroquia y con los frailes en Malabo. Utilizo la palabra convivir porque ellos no vienen aquí a dar una formación profesional, sino que se entregan con pasión a la vida misional en Malabo.
Por otra parte, tenemos otras actividades a lo largo del año en que los misioneros colaboran a distancia con los proyectos de los hermanos en Malabo para la educación y formación de numerosos niños y niñas en Malabo. Cada vez que hablo con los jovenes de la parroquia, me sorprende como destacan la presencia de estos hermanos y hermanas misioneros, con gratitud y añoranza.
Asimismo, los hermanos voluntarios misioneros con la comunidad de frailes en Malabo han creadovínculosmás fuertes defraternidad. Elevangeliosiempre da frutospor más pequeños o grandes que sean siempre quedan plasmados en los corazones de aquellos que lo cosechan.
Desde el año 2018, que conocí por primera vez a Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas no he dejado de crear vínculos con ellos. Ahora que soy fraile dominico, a veces siento más la presencia de Dios en ellos. De forma cariñoso a algunas les llamo hermanitas no por la edad, sino por el afecto y admiración que tengo por ellos. Pero la vida misional no solo se queda en Malabo, sigue en cualquier lugar donde sea posible un encuentro fraterno.
Mis hermanos de comunidad de otras procedencias como Cuba, Republica Dominicana, Uruguay, etc, a veces me expresan su experiencia de convivencia con Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas y es admirable de como el evangelio de Cristo nos une a todos a un proyecto común: SER TESTIGOS.
La única forma que tengo para definir este proyecto de vida es compartir vida y sobre todo UNA VIDA ALEGRE LLENA DE ESPERANZA.
Fr. Vitaliano Nsue, OP


