Misión de la Familia Dominicana en Paraguay 2025
Caminar como peregrinos de esperanza al encuentro de las comunidades

Misión de la Familia Dominicana en Paraguay 2025
Con muchísima alegría, como cada diciembre, como Familia nos encontramos en un punto específico del país para llevar a cabo la Misión de la Familia Dominicana del Paraguay. Este año (y por los dos próximos años) la Misión tiene su campo en la Diócesis de Carapeguá, específicamente en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Tavapy de la ciudad de San Roque González de Santa Cruz, que llevamos los Dominicos.
La misión se llevó a cabo del día 18 al 21 de diciembre
De las tres zonas que tiene la Parroquia, este año, nos tocó visitar la zona II. Dicha zona está integrada por las Capillas Virgen de Fátima, Santa Teresa, Inmaculada, Virgen de la Merced, San Antonio de Mbokayaty, Sagrado Corazón, San Antonio de Yvypytandy y Santiago Apóstol.
Los calzados cubiertos de polvo
De todos los signos que pude ver en la Misión, me quedo con el que se encuentra arriba. Puede ser un signo que pase muy desapercibido, pero es la imagen que hace visual, lo que significa llevar a cabo la Misión.
Enmarcando lo vivido, nos encontramos en la etapa final del año Jubilar que tiene como lema “Peregrinos de Esperanza”. Y para las visitas a las comunidades nos hemos dividido en grupos, a fin de abarcar todas las casas que componen a la zona dos y, es ahí donde el ser peregrinos se confirma, por así decirlo. Para llegar a las casas, caminamos un tramo bastante significativo, ya que la distancia entre las casas era “un poco muy mucha”.
Y con todo lo anterior, entre oraciones, navidad en familia, reflexiones, diálogos, caminatas, almuerzos y risas, transcurrían los dos días intensos de Misión (todo el viernes y todo el sábado). Después de todo lo compartido durante el día, la carga emocional que tiene el ver la realidad en la que viven muchas personas de nuestra tierra, de habernos sentido acogidos y acogidas por muchas familias y de que “fuimos misionados” sintiendo el abrazo de Dios en la inmensa naturaleza que nos rodeaba, tocaba llegar a Aty Tapiaiterã (el local donde nos alojábamos los misioneros y las misioneras) a descansar, recuperar energía y a tener momentos de encuentro con miembros de la Familia Dominicana con los que durante todo el resto del año se hace difícil encontrarse.
Al descalzar los pies, es donde encontrábamos que una densa capa de polvo cubría nuestros calzados, llegando inclusive a nuestros pies desnudos. Esta imagen es signo de quien anda y es consciente que la tierra que está pisando es la misma tierra que pisan muchos hermanos y muchas hermanas, para hacer su vida diaria, salir a trabajar buscando tener una vida digna.
Siento mucho en mi corazón, después de esta misión, que el título Misionero es, sin duda, una llamada a ir a lugares donde habitualmente cuesta llegar y, por ende, la misión más sagrada es escuchar. Al ir a los lugares más lejanos de un lugar, toca ver y escuchar cómo vive la gente, toca escuchar sus anhelos y necesidades más profundas, toca ver y presenciar los limites existenciales de la humanidad. Y frente a esto solo existen dos caminos, cruzar los brazos y lamentarse o dejarse cubrir por la realidad (como el polvo en los calzados) y actuar en consecuencia con un mayor compromiso buscando promover la justicia y la paz.
Finalizábamos el encuentro el Domingo 21, con la celebración de la Eucaristía de la comunidad Parroquial, una Misa, vivida y celebrada en el Templo Parroquial, con representantes de las comunidades visitadas, miembros de las demás zonas y claro, con los miembros de la Familia Dominicana. Al final disfrutamos de un riquísimo almuerzo en el Centro Cultural de la Parroquia.
Agradezco mucho a la Familia Dominicana por permitirme vivir y valorar el carisma dominicano con este servicio a la Iglesia que es la Misión. Es, sin duda, un ejercicio de escucha que hoy nos pide la Orden. Y también agradecer a Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas por apoyar y promover la Misión en tierras guaraníes.
«Aguyje peẽme pejapóre misión ore ndive. ¡Vy’apavẽ Tupā Ra’y Arareñóire ha peteĩ Ary Pyahu 2026 iporāva!»
Gracias por ser misión con nosotros. ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2026!
Fray Santi Zárate, OP
Misión de Paraguay


