La Historia de las Misiones es apasionante porque ¿sabías cómo...
...nació CAMSAT en el Bañado de Tacumbú, Paraguay?
El misionero Pedro Velasco nos lo cuenta…
En un rincón ignorado (como son la mayoría de los barrios marginados en todo el mundo), de nuestra ciudad de Asunción, el Bañado Tacumbú, en medio de inundaciones periódicas, de constante inmigración campesina, integrada por personas que sobreviven con ingresos de hambre y con precaria atención sanitaria y educativa; nació una asociación, CAMSAT (Centro de Ayuda Mutua Salud para Todos), que hoy día significa mucho en la vida de esa comunidad. CAMSAT, como consta en el artículo 1 de sus estatutos es “una institución sin fines de lucro orientada a promover la organización y corresponsabilidad de los pobladores del Bañado como medio para la solución de sus problemas y el mejoramiento de su nivel de vida”. En su ideario manifiesta ser “un espacio de encuentro y formación, de organización y participación, de trabajo y reivindicación” de los pobladores del barrio. De 1989 a 1991 funcionó con una gran mística, pero con medios muy precarios. De 1991 a 1995, año en que adquirió su personería jurídica, esta asociación creció en cuanto a su capacidad de movilización, su liderazgo y su estructura de servicios a la comunidad.
En la actualidad integran CAMSAT 600 familias del barrio, unas 3.000 personas que representan el 50% de toda la población del Bañado Tacumbú. Trabaja en base a zonas y áreas de trabajo. Esta asociación está cumpliendo tres funciones en el barrio: a) organizar la comunidad en torno a sus problemas más importantes; b) emprender proyectos de mejoramiento del barrio y convenios con instituciones públicas, c) ser elemento aglutinador de la comunidad en momentos especiales. Con fondos conseguidos por CAMSAT se realizó la instalación del agua potable en el barrio y la construcción de 380 viviendas que han sustituido a los ranchos de lata y hule. A través de un convenio con la Municipalidad de Asunción y la Universidad Católica se llevaron a cabo estudios precisos del proyecto Franja Costera en el Bañado Tacumbú. CAMSAT ha sido uno de los elementos más importantes en el manejo de todo lo que implican las inundaciones. A través de ella se han realizado federaciones de organizaciones en el barrio como la CEBAT (Comité de Emergencia del Bañado Tacumbú), se mejoró notablemente en 1992 la instalación de luz eléctrica y se han emprendido varias veces importantes campañas en torno a la Franja Costera. En la actualidad forma parte de otras entidades e instituciones a través de las cuales el barrio amplía su campo de actuación. En octubre de 1999 fue capaz de movilizar prácticamente a todo el barrio del Bañado Tacumbú en una marcha ciudadana, “Bañado Sapukai”, que se manifestó públicamente en Asunción y que caminó pacíficamente por el centro de la ciudad.
Alrededor de CAMSAT la mayor parte de las asociaciones y grupos existentes en el Bañado reflexionaron con ese motivo durante un mes acerca de la problemática del barrio, se acercaron a los medios de comunicación y a las instituciones públicas y lograron que el Ministerio de Educación volviera a instalar una escuela pública en el barrio y un apoyo del Ministerio de Salud en esa área. CAMSAT tiene un sueño, el de terminar con la marginación y la extrema pobreza del Bañado Tacumbú. Hace casi once años este sueño comenzó con unas veinte mujeres y sin casi ningún medio. Hoy día congrega a 3.000 personas y tiene en su haber significativos logros.
A partir de la experiencia de esta asociación popular desde y en contra de la marginalidad podemos decir que la ciudadanía pobre tiene inmensas posibilidades y crueles limitaciones. Los pobres pueden, a través de sus organizaciones, convertirse en fuerza, en energía y en grupos de presión. Es un proceso lento que requiere acompañamiento, complementariedad, salir del aislamiento y continuidad por encima de todo. Tiene también limitaciones y debilidades, las propias de una situación de sobrevivencia, las propias de la carencia de herramientas fundamentales, comenzando por la simple alfabetización. Insistir en la formación y capacitación es un requisito fundamental. Para CAMSAT es un orgullo contar en la actualidad con un numeroso grupo de personas del barrio capacitadas en salud, educación, administración y otras áreas.
La novelista francesa V. Forrester en su famoso ensayo: “El horror económico” decía de los marginados: “Se nos inmoviliza en espacios sociales condenados, lugares anacrónicos que se autodestruyen, pero a los cuales nos aferramos con extraña desesperación, mientras que a nuestra vista el futuro se organiza en función de nuestra ausencia más o menos conscientemente programada” (Pag. 147). En Paraguay también el marginado está ausente, es un estorbo, no se cuenta con él, no es sujeto. A lo sumo se le hace objeto de beneficencia, de ayudas. En muchas partes del mundo, en este mundo del “pensamiento único” cuyo mito indiscutible es la ganancia y la eficiencia, los pobres no tienen cabida. Frente a eso la esperanza está en la sociedad civil, el sector de la ciudadanía que representa los intereses vitales de la gente, que se organiza voluntariamente, que puede promover y defender valores universales como los valores de la dignidad humana, de la igualdad, del trabajo para todos, de la fraternidad, de la convivencia y respeto a la naturaleza. La sociedad civil, articulada con el mundo de la política y de la economía tiene el deber de superar el presente de la miseria, de la pobreza, de la exclusión social. Tiene el deber y puede hacerlo. CAMSAT es una célula de esa sociedad civil paraguaya que cada día puede tener más protagonismo en la construcción de un Paraguay más justo y humano.
La foto corresponde al misionero Pedro Velasco en una reunión de la Junta Directiva de CAMSAT