La Antropología de las Misiones es muy interesante porque ¿te gustaría conocer...
...cómo se configura la vida familiar en Sepahua?
El sistema social y el territorio sobre el cual viven las familias están en mutua relación, y cada cual tiende a reproducir el mismo sistema que se describe en los mitos. Una familia es distinta de la otra porque habita en un lugar diferente; pero las familias deben habitar lugares diferentes porque ellas mismas son esencialmente distintas unas de otras.
Cada familia nuclear tiene una casa. Aún los jóvenes que se casan deben construir una casa al lado de la vivienda de la madre de la esposa, a fin de llevar una vida independiente.
La casa comprende los elementos siguientes:
- Una habitación en la cual se duerme y se guardan los utensilios de trabajo. Está elevada sobre el suelo para aislarla de la humedad. Generalmente la casa está dividida en dos partes iguales: una cerrada, la habitación familiar prohibida para los extraños, y una abierta donde recibir visitar y hospedar a los familiares.
- La casa comprende también una cocina, cerrada, situada detrás de la casa y separada de ésta. Es un lugar reservado para la mujer. En ella cocina, hila y hace toda clase de trabajo. En ella comen los miembros de la familia. A la cocina no entran las mujeres extrañas a la familia.
- Un huerto familiar, donde hay árboles frutales, plantas medicinales, condimentos y plantas rituales. Se extiende hasta la orilla del río.
- El patio, donde se hacen las reuniones y fiestas.
- El puerto del río, es privado, en él se aparcan las canoas, se lava la ropa, se bañan los integrantes de la casa.
- La chacra de plátano y yuca, necesaria para la subsistencia y la organización social.
Una familia se une a otra por un camino común, de tránsito público, para las idas y venidas por el poblado y para facilitar las visitas. Hay también senderos internos y secretos detrás de la casa por los cuales intercambian objetos, se distribuye la carne y el pescado y se reciben visitas o conciertan reuniones.
“El otro es mi espejo”, Fr. Ricardo Álvarez Lobo, OP
La foto corresponde a niños en una casa en Sepahua, Perú