La Antropología de las Misiones nos invita a conocer dos excelentes cualidades del Matsigenka
¿sabías cuáles son?
Dos excelentes cualidades distinguen al machiguenga: la honradez y la fidelidad de la palabra empeñada.
Los niños machiguengas, al igual que la generalidad de los de su edad, no tendrán suficiente fuerza de voluntad para resistir a la tentación a la vista de una golosina o de una chuchería cualquiera. No sucede lo mismo con las personas mayores, quienes no se mueven a robar una cosa, por más aliciente que ésta tenga para ellos. Es tanta a delicadeza del machiguenga en esta materia, que si ve que la puerta de una habitación esta abierta, entrará y revolverá todos cuantos objetos hay en ella, preguntando por sus nombres y su finalidad respectiva. Pero no hay que temer que se alce con la cosa más insignificante. Si la misma puerta está entreabierta o enteramente cerrada, tampoco osará penetrar en la habitación, a no ser que conviva mucho tiempo con los blancos y familiarizándose con ellos.
¿Y qué diré de su fidelidad a la palabra empeñada? Si dice que tal día u hora vendrá a trabajar o a hacerle una visita, puede uno permanecer tranquilo de que así lo hará. Sobre este particular dan punto y raya a muchos “civilizados”, para quienes nada significan las palabras y los compromisos más sagrados.
P. Vicente de Cenitagoya, OP
La foto corresponde a Mons. David Martínez con una familia en la Misión de Kirigueti, Perú