La Antropología de las Misiones es muy interesante porque ¿te gustaría saber…
…cómo construyen las casas los machiguengas?
En función del enclave geográfico donde se sitúe el poblado es fundamental para su población tener su casa vivienda con una determinada estructura arquitectónica que varía en función de la topografía del lugar. Téngase en cuenta que el terreno puede llegar a ser muy pendiente ocasionado por la presencia de colinas y quebradas. En el poblado la única condición para construir una casa es pedir permiso a la comunidad. Antiguamente todas las casas vivienda estaban hechas con materiales propias de la zona, siendo la palmera la primera materia prima para la construcción, ya que las casa vivienda se construían de su madera y el techo de sus hojas. Actualmente las casas se construyen con otro tipo de madera aserrada e incluso algunas con techos de calamina. En cuanto a la topografía del lugar: existe la creencia entre los machiguengas que las cabeceras de las montañas son lugares peligrosos donde si bien es cierto existen animales para la caza, también están presentes animales endemoniados denominados por ejemplo osheto nito (mono diablo), maeni niro (oso diablo), etc. que son temidos por los machiguenga (Oyola/Mosqueira 2013: 46).
Otra de las descripciones que hemos hallado y que nos aportan un gran valor etnológico sería la del padre dominico Andrés Ferrero: Algo mejor y más duradera que la choza de campaña está lo que yo llamaría Tambo de veraneo: No hay machiguenga que, en tiempo de secas, venza la tentación de dejar su morada, algo dentro del monte, para bajar una temporada a las amplias playas de los ríos a recostarse en la fina arena. Más que tentación invencible es una verdadera necesidad. Es la época de la pesca en los brazos de los ríos, pozos aislados o pequeñas entradas en las islas, donde el pescado quedó encerrado o sube a dormir y chupar de noche el limo de las piedras. Ocupados en estas faenas, o en buscar huevos de charapa, se pasan dos meses de playa. Es el veraneo. Además, las limpias aguas del río invitan al baño, al lavado de la ropa, y a que los niños jueguen, como todos los niños del mundo, a fabricar casas de arena o cavar charquitos en las orillas de la corriente (Ferrero 1966: 75). (Artículo Los Matsigenka y el legado pastoral, antropológico, etnológico y cultural de los Dominicos en el sur-oriente peruano. Isabel Serra Pfennig)
La foto corresponde a casas viviendas matsigenkas en la Misión de Kirigueti, Perú