Corazones que vibran al compás del carisma dominico en la Escuela de Verano “El Rosario”

A una semana del inicio de la Escuela de Verano "El Rosario" aumenta el interés, la alegría, la participación, la constancia y el compromiso; tanto de los chicos, como el de los profesores y todo el personal de apoyo que trabaja y ofrece sus servicios con humildad, paciencia y mucho amor.

Y es, precisamente, esta entrega generosa de un tiempo valioso para la recreación y el aprendizaje compartido, la característica distintiva de la Escuela.

Destaca el empeño que han puesto los profesores de los talleres para abrir el espectro sonoro y rítmico de los niños y adolescentes que llegan hasta El Rosario. En el contrastante Vedado capitalino, como en toda Cuba, se impone un ritmo devenido género musical popular bailable, el "reggaeton": Una cultura que promueve el mal gusto, la grosería y banaliza la sexualidad humana, al punto de proclamar en sus letras "lo objetual sexual" como su valor máximo.

El reto asumido ha sido grande para estos profesionales del arte, quienes nos comentan y comparten sus experiencias de cada clase, también muy agradecidos de esta segunda oportunidad, que les está aportando mucho en su vida personal y profesional.
En el área de Danza se les imparten ritmos como el mambo, pilón, conga, rumba, salsa, afrobeat y hip hop. De forma que puedan apreciar sonoramente otros géneros musicales y puedan reconocer las bases sonoras de cada uno. Los más pequeños conectan desde la energía y el juego con la movilidad natural que ellos poseen.

Los adolescentes prefieren las coreografías que involucran ritmo, coordinación, movimiento, música, danza. Para ellos es un viaje estupendo y maravilloso.

En sentido general, todos se divierten mucho y aprenden a comprender y valorar cada parte de su cuerpo, a través del movimiento.

En el caso del taller de música, mediante el sonido medioambiental cotidiano y los toques percutivos, se les ha enseñado el ritmo de la clave cubana, del son y de la rumba, para combinarla en una amalgama acústica de voces, melodías y ritmos, en un gran coro armónico. Lo que prima siempre es el valor de trabajar en equipo, reconociéndose como un cuerpo vocal, en el que todos los miembros aportan desde su autenticidad.
Por otro lado, se incentiva la curiosidad por descubrir que hay detrás de cada universo sonoro y acústico. A partir de experimentos con objetos, medios y materiales, se integra la investigación sonora con las ciencias musicales. Los niños y adolescentes han sido protagonistas de cada aplicación. Han podido comprobar cómo se propagan y transmiten las ondas sonoras en los espacios y en los diferentes tiempos, incluso aprenden a integrar el medio digital; es una verdadera ingeniería para todo el complejo sistema auditivo y visual. Aunque la música no se ve, se experimenta de esta forma con todos los sentidos.

En esta Tercera Edición de la Escuela de Verano, los coordinadores se han desempeñado también como profesores ayudantes, apoyando cada taller e instalando, de modo transversal a cada uno, un espacio de manualidades creativas. En la media hora final de cada taller imparten dinámicas que aportan relajación con concentración, y refuerzan valores y virtudes esenciales a los participantes de la Escuela. Cada creación hecha con sus propias manos, la llevan a casa como un premio distinguido.

El compromiso, la armonía, la amistad y la familiaridad crecen. Las sabrosas meriendas y el almuerzo son muy deseados al paladar. Los aplausos suenan alto y fuerte en cada despedida del Centro, donde se escucha y se vive la alegría del "hasta mañana" cariñoso y agradecido.

Luego queda en la magnificencia de las "señoritas del Rosario" las labores de limpieza y orden; con la belleza y el adorno que recibirán en la siguiente jornada a estos bien amados corazones: los que vibran en nuestro interior al compás del carisma dominico.

Convivimos en el servicio humilde en pos de la verdad y la justicia.