Celebraciones en Martí, Cuba
Pentecostés no pasa inadvertido en la misión de Martí, mayores y pequeños sintieron la fuerza de Dios con nosotros para predicar
Hace una semana celebramos en Cuba el día de las madres, día especial que estuvo marcado en nuestra misión de Martí con una linda mañana dedicada a las madres de los niños.
El día estuvo marcado con la emoción y nervios que caracterizan a los niños, además de esa alegría que solo ellos son capaces de transmitir.
Dieron lo mejor de ellos mismos, a través del arte, con cantos, teatro y baile, talleres que nuestros pequeños reciben con ilusión cada sábado.Como mayo es el mes de nuestra Madre la Virgen María no podía faltar dedicarle este día a ella y como fin de la pascua una obra que nos demostró al público el mensaje que Jesús nos trajo al morir en la cruz por nosotros.
En la noche del sábado nos reunimos en el patio de la Parroquia San José, algunos fieles, jóvenes y las hermanas Olga y Laura para celebrar la vigilia de Pentecostés.
La Hermana Laura Gómez Giraldo, de la Congregación de Santo Domingo, nos presentó al Espíritu Santo a través de signos, cantos y oración. Bajo la luz de la luna, unidos por la fe y hermandad celebramos esta fiesta: la venida del Espíritu Santo. La propuesta fue muy sencilla, buscar la fuerza y la inspiración del Espíritu Santo en nuestras vidas, abrir nuestros corazones para recibir sus dones y compartir el amor que Cristo nos ofrece.
Para muchos esa noche representó algo nuevo, novedoso, pero creo que todos fuimos tocados de una manera especial cuando compartimos cada don, cada fruto, cada oración. Nos fuimos a casa con el corazón lleno y agradecido, con la disposición de hacer lo que nos pide a través de actos de fe en nuestra vida.
Al día siguiente los niños del proyecto “crecemos en la fe” también tuvieron su Pentecostés, gracias a la Hermana Laura.
Motivados por el diálogo, aprendieron los dones que nos trae el Espíritu Santo compartiendo cada uno el don recibido en su grupo de catequesis. Fue a través de una dinámica en la que cada grupo de catequesis tenía que salir al jardín en busca de su árbol, el cual contenía 13 frutos que les dejaba el Espíritu Santo a cada uno de manera especial. Con mucha ilusión salieron a ese encuentro a tomar su fruto y luego en el grupo los compartieron.
Así fue nuestro fin de semana en la misión de Martí en el cual hemos cerrado la Pascua con la alegría de recibir estos regalos de Dios a través del Espíritu Santo.
Digmary, coordinadora de los proyectos de Martí, Cuba