Cronica del encuentro de voluntarios del 23 y 24 de noviembre

En primer lugar, es obligado agradecer a la organización que me permita escribir unas líneas sobre este segundo encuentro, al tiempo que pido disculpas por la tardanza en su redacción, pero a veces ciertos imperativos variopintos se imponen. En ocasiones, me serviré de algunas frases extraídas durante el encuentro o de los Evangelios como introducción a cada uno de los eventos .
 
JORNADA DEL SÁBADO
 
1.- Oración a cargo de Carmen
 
Dios “pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras” (Romanos, 2:6).
 
          Con unos textos muy bien seleccionados, Carmen, citando el Evangelio de Lucas, nos hizo recordar que todo aquello que hacemos en nuestro entorno, aquí, en el mundo terrenal, tiene su premio en la eternidad: toda una declaración de intenciones de lo que debe ser el espíritu misionero.
 
2.- Derechos Humanos (José Luis Muñoz de Baena y Ana Belén Santos Esteban).
 
“Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios?” (Fr. Antón de Montesinos).

            Ambos ponentes, buenos conocedores teóricos de cómo se han ido fraguando los Derechos Humanos a lo largo de la historia, disertaron sobre este particular. Ciertamente, desde un plano teórico nada hay que objetar; cuestión distinta es su plasmación práctica allende los mares. Me explico: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de la ONU en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, no deja de ser una declaración programática en aquellos estados que carecen de una separación de poderes real, de modo que puedan ser proclamados por el poder ejecutivo y legislativo, pero también amparados por un poder judicial independiente que ejerza un control sobre los dos primeros. No es el caso de los países que serán nuestros presumibles destinos, con lo que verticalmente, esto es, en la relación entre los poderes públicos y los ciudadanos se quedan en un mero desiderátum sin efectividad práctica.
 
            Pero no todo está perdido, pues horizontalmente, o sea, en la interacción entre iguales, los voluntarios sí podemos realizar una labor didáctica de concienciación para subrayar que, incluso en condiciones de extrema pobreza, la dignidad debe prevalecer y guiar la vida en sociedad. No es poco.
 
3.- Testimonio de Patricia Rosety, El Seibo, República Dominicana
 
“¿Éstos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amallos como a vosotros mismos?” (Fr. Antón de Montesinos).
 
            Impactante;un auténtico baño de realidad; un zarandeo a las conciencias. Así de crudo puede resumirse el testimonio de Patricia. Ahora volveré sobre esto, porque, ante todo, se impone elogiar la labor divulgativa desde los micrófonos de la COPE que efectúa en El Seibo y la manera en que recoge testimonios de las injusticias por espurios intereses económicos, así como las míseras condiciones de vida de los habitantes que denuncia a través de las ondas.

 
            Pero enlazo con el principio y es que, en verdad, cualquier persona con un mínimo de sensibilidad no puede permanecer impasible, indolente, ante la situación que viven los haitianos en tierras dominicanas por enfrentamientos atávicos e históricos que conducen al racismo y a la arbitrariedad policial. Cierto: las detenciones y deportaciones de haitianos, ya sean hombres, mujeres e incluso niños, hacinados en las “camionas” -un infortunio de mazmorras con ruedas- por las fuerzas de seguridad sin otro motivo que su lugar de procedencia me dejó una huella indeleble. La publicidad dada a través de las RRSS y organismos internacionales de esta situación infame, con riesgo de su propia integridad, es digna de encomio.
 
            Francamente, no me imagino a un haitiano o un cubano, como signatarios que son sus respectivos países, alegando los arts. 1 y 13, de la declaración universal de Derechos Humanos, entre otros, ante detenciones xenófobas o gratuitas, sin motivos de fondo, o por cercenar su libertad de movimientos entre provincias o departamentos, todo alegado los principios de la ONU sin recibir no ya una negativa, sino un correctivo. Sin duda hay buscar cauces alternativos -no solo las RRSS- que den visibilidad a estos atropellos de DDHH. Los hay, pero debemos usar estos instrumentos internacionales de defensa de DDHH previstos en la legislación supranacional.
 
4.- Dinámica análisis de la realidad (video de Mayra Arena y testimonio de Aliou y Hamodi)

“Mirando a sus discípulos dijo: 'Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios'” (Lc 6).
 
            Del video de Mayra, que disertó sobre su niñez en Bahía Blanca (Argentina), me quedo, en pro de la brevedad, con la relación existente entre pobreza y violencia, de modo que el ejercicio de la violencia se convierte en una manera de ganarse el respeto de los demás que contemplan con indiferencia, cuando no con sorna, la forma de vivir de aquellos ciudadanos con menos recursos. No es menos llamativa la “necesidad” de presumir de las cosas que para cualquier occidental son normales y que denota una falta de autoestima basada únicamente en la detentación de marcas de calzado u otros bienes materiales, haciendo caso omiso a otros valores.
 
            Sobre este particular, se me viene a la cabeza esta frase de Brencht: "en los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia". Y es que no es difícil inferir que la pobreza es una bomba de relojería para la humanidad en la medida en que, no solo es una manera de ganarse la consideración ajena, sino también, me temo, la forma de conseguir el acceso a necesidades básicas.

“Y Pedro digo: Ahora entiendo que de verdad para Dios todos somos iguales. Dios no discrimina a nadie, sino que acepta al que le honre y lleve una vida recta.” (Hechos 10:34-35).

Por su parte, el testimonio de Aliou y Hamodi nos pusieron de relieve las míseras condiciones políticas, económicas y sociales en sus respectivos países de origen, así como su penosa travesía del desierto (en sentido literal y bíblico), sin duda sobrecogedora. Pero, tras tanta adversidad y gracias a personas que aquí, en España, les han prestado apoyo para su integración social en todos los aspectos y, entre ellos, la comunidad de hermanos dominicos, al tiempo que ambos han respondido con gratitud, diligencia y actitud digna de mención y de alabanza en un país extraño en sus costumbres. Esta integración social producto de la simbiosis entre asociaciones y migrantes desmonta, por lo demás, el estigma que tienen estos en ciertos discursos xenófobos y populistas por simplistas que equiparan migración con delincuencia. 

5.- Resto de la jornada
 
            Las dinámicas de grupo siempre enriquecen para contemplar diferentes puntos de vista. Por su parte, la comida fue una excelente ocasión para intercambiar opiniones y para fomentar el acercamiento entre los asistentes, todo en ello en un ambiente cordial, distendido y colaborativo.

JORNADA DEL DOMINGO
 
1.- Oración preparada por Juan Manuel
 
“Debemos servir a nuestros semejantes para lograr la vida eterna. Dios ha dicho que aquellos que vivan con Él deben amar y prestar servicio a Sus hijos” (Mateo 25:34–40).
 
            José Manuel, en esencia, puso en acento en los textos escogidos en la necesidad de servicio a los demás como forma de realización plena en la fe de todo cristiano. De modo que nos removió las conciencias para enfatizar que la relevancia de extender nuestra mano a los más necesitados, reconociendo que, al hacerlo, estamos sirviendo directamente a Dios. O dicho se en palabras de Teresa de Calcuta: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.

            Por su parte, la anécdota acontecida en el vestuario del Betis (no puede ser en otro equipo, y no lo digo porque sea verdiblanco…), nos hizo reflexionar sobre la futilidad del ser humano cuando solo está pendiente de las cuestiones materiales en detrimento del “yo interior” (por así decirlo), donde se fraguan y se realizan esas pequeñas cosas que hacen de nuestro entorno un mundo mejor. Resuelta una idea interesante porque no necesariamente existe una dicotomía excluyente entre lo espiritual y lo material, sino que, en puridad o al menos esa es mi opinión, nuestras acciones, tamizadas a través de la luz del espíritu, deben sostener o alentar nuestra realidad material a modo, incluso, de minúsculas acciones en pro del bienestar común en general y, particularmente, de las personas más cercanas.
 
2.- Testimonio de Fr. Celio (Cuba)

“Mas él les dijo: Es necesario que anuncie el evangelio del reino de Dios también a otras ciudades, porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea (L. 4. 43-44)”.
 
            De Fr. Celio, lo primero que destaca es su gran humanidad; la paz que transmite; pero también su inteligencia, es decir, la manera en que adapta a las circunstancias -adversas, en la mayoría de los casos- ecuménicamente: trascendiendo de lo particular para hacer de su labor misionera y pastoral un prodigio con tintes universales.
 
            Interesante, desde luego, la historia de los dominicos en Cuba expuesta con un breve vídeo que fue proyectado. Tras este, detalló en qué consistía su trabajo pastoral, su día a día en Cuba, cuyo gobierno ve con recelos a las órdenes religiosas porque no profesan la religión oficial: la santería. También me resultó ilustrativo ese enfoque en perfecta comunión entre la vida contemplativa y la activa: sin descuidar los principios de la vida monástica y su adhesión a la oración y la liturgia diarias, no se aisló -antes al contrario- del mundo de la predicación constante, con visitas e intercambio de comida elemental entre ambos, y la hospitalidad de la gente, dispuesta a sacrificar su bienestar para favorecer a aquellas personas que les apoyan, que les hacen el bien de forma desinteresada. 

 
           Con la Eucaristía -con sermón muy ameno y realista del padre Carlos- acabaron las jornadas en su aspecto teórico-práctico. Reitero mi agradecimeinto a la compañía y la buena -excepcional, por espontánea- sintonía entre los participantes y los organizadores: quedarán en mi corazón. Para siempre.    

Fernando Luna Fernández