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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Redescubrir ‘la vida como MISIÓN’

Carmen Calama nos comparte su experiencia transformadora durante su misión en Uruguay, donde, junto a Belén, descubrió el valor de la compasión y el servicio en medio de la pobreza y exclusión de las periferias de Montevideo.

Carmen Calama en Uruguay

Este año tuve la inmensa fortuna de vivir nuevamente la Misión, esta vez en Uruguay y además con Belén, gran amiga y hermana.

Salir cada año aunque sea un período corto me ayuda a centrarme en Dios y a concretar la vocación personal recibida, y el sueño que Dios tiene para mí. Dejar atrás las prisas, y todo lo que me ata en el día a día, me predispone a ponerme en las manos de Dios, saliendo de mí misma al encuentro con el otro, con la confianza de que Él me guía.

Frailes dominicos en uruguay

Regresé de Montevideo hace poco más de dos semanas. Ha sido un regalo conocer la Comunidad de frailes Dominicos y compartir con ellos vida y Misión. Conocer junto a ellos los barrios en la periferia de Montevideo, con la realidad dura de pobreza y exclusión a la que cada día se enfrentan muchas familias allí me ayuda a reconocer a Dios en cada uno de ellos, y a vivir la compasión dejándome tocar por el dolor del otro.

pastoral en montevideo

Junto a los frailes, la riqueza que he encontrado en las Comunidades Eclesiales de base desde las que se desarrolla la pastoral social y la pastoral de los barrios son una muestra clara de compromiso y de Comunidad en marcha caminando en Familia, frailes, hermanas, laicos... acompañándose para acompañar.

oración comunitaria e individual

 No han faltado tampoco en estas semanas en Montevideo los momentos de oración comunitaria e individual, el silencio y la mirada interior. Doy gracias por esos ratos de intimidad con Cristo, de mirada y de escucha. Sin ello no es posible hacer presente a Dios a través de nuestra vida, ni ensanchar nuestra tienda para acoger al hermano.

pastoral en comunidades 2Visitando las comunidades de los barrios ha resonado en mí en más de una ocasión ‘Descálzate, porque la tierra que pisas es sagrada’ (Ex 3, 5): En cada capilla y Comunidad a la que nos hemos acercado y celebrado y compartido; en las casas que hemos visitado con su acogida cada uno desde lo que tiene y lo que es; en la Fascenda celebrando la Eucaristía con los jóvenes en rehabilitación y escuchando su deseo de cambio y su necesidad de perdón; en la acogida y oración de la pastoral Social en las canastas; en el compromiso de tantas personas que viven preocupadas por sus vecinos y que con el costurero, la venta económica, el apoyo escolar, la canasta, las ollas, las visitas a enfermos, la Academia,… acompañan, se preocupan y ocupan por mejorar la vida del otro.

Al llegar a Santísima Trinidad, el primer día, fr. Santiago nos dio el plano del barrio con los nombres de las Comunidades. Hoy, un mes después, ese plano, esos nombres, tienen rostro y despiertan en mí muchos sentimientos y emociones de ternura, compasión, agradecimiento, dolor, alegría, fraternidad, consuelo, cercanía, respeto, esperanza, compasión.

calle uruguay

Doy gracias por ello y por cada una de las personas con las que me he cruzado en estos días, por su sincera acogida y apertura y por dejarme asomar a sus vidas.

Y sobre todo doy gracias a Dios por el testimonio de mis hermanos, la Comunidad de frailes Dominicos de Montevideo. Una Comunidad que con su estilo de vida y misión son un ejemplo de cercanía, sencillez, diálogo y fraternidad que contagian el entusiasmo e invitan a salir a construir Reino, apostando por un mundo lleno de Justicia y de Paz; que invitan a buscar la Verdad construida desde el diálogo con el otro, y a salir a predicar que el amor y la esperanza tienen la última palabra.

Gracias queridos frays: Santiago, Felipe, Germán, Pedro, Cristino, Nacho, Rafael, y gracias Guille por ser todos juntos Comunidad en salida, que acompaña, se implica y se complica haciendo vida el Evangelio. Gracias por ser hermanos, por cuidaros y por cuidarnos a todos.

frailes reunidos uruguay

Gracias por recordarme con vuestra vida que Dios con Su presencia y Su abrazo nos impulsa a mirar con esperanza el futuro y a ser luz para los demás. Y por ser Comunidad que sentada a la mesa con Santo Domingo, compartiendo pan y camino, me anima y compromete a seguir trabajando de regreso aquí en Madrid, siendo fiel a la MISIÓN, para que todos tengan vida y vida en abundancia.

¡GRACIAS!

Carmen Calama, voluntaria de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas