Primeras impresiones de Cuba
Paqui y Belén están disfrutando de compartir la misión de La Habana. Están conociendo las comunidades, visitando a los enfermos, llevándoles la comunión y preparando el campamento que ya empieza hoy.
Nos parece mentira que ya haya pasado una semana desde nuestra llegada a La Habana. Lo primero que notamos es la gran humedad que hace aquí, un calor al que no estamos acostumbradas. La primera noche nos despertó el sonido de lo que parecía una puerta que se cerraba fuerte y descubrimos que eran mangos que caían de un árbol que se encuentra el bonito patio del Convento. ¡Ya hemos comprobado lo riquísimos que están!.
La comunidad que nos acoge está abierta a todo el que llega y nosotras sentimos como nos cuidan.
Aunque las clases han terminado, quedan los últimos asuntos para el cierre del curso en el Centro Fray Bartolomé de las Casas. El ritmo de las distintas parroquias que atienden no ha disminuido. Así que nosotras podemos acompañarles en su labor pastoral y conocer a las personas que forman parte de las distintas comunidades, como son las de San Juan de Letrán, Lineal, Santa Rosa y del Rosario.
El campamento de verano empieza este lunes 8, por lo que han sido días de limpieza y preparación del material y el lugar en donde los niños van a poder disfrutar y compartir unos días con las distintas actividades que se le han preparado con mucho cariño.
Nuestros días empiezan tempranito con el rezo de los Laudes con la comunidad, en una bonita capilla que la tienen especialmente cuidada.
Ya hemos conocido a las primeras personas, cariñosas, generosas, amables y muy serviciales; sobretodo a las que pertenecen a la Parroquia del Rosario donde se va a tener el campamento. Hemos estado limpiando, riendo, compartiendo e incluso hemos estado comiendo con ellas.
También hemos tenido la oportunidad de acompañar al ministro de la Eucaristía a visitar a varias personas pertenecientes a la Capilla del Fanguito. Personas con vidas llenas de acontecimientos y situaciones que se mostraban muy agradecidas por la visita, por el tiempo compartido, por la comida y por poder recibir el Cuerpo de Cristo. Ha sido una bonita experiencia para nosotras, el conocerlos, el tener un ratito para poder hablar con ellos, escucharlos y el compartir el evangelio.
Ahora nos toca ir preparando algunas dinámicas para el campamento y estamos contentas de poder empezar.
Unidos en oración desde La Habana.
Paqui Román, OP
