Misión de evangelización en la periferia de Montevideo
Gaspar ha disfrutado mucho compartiendo la fe y la vida con la gente. Haciendo su vida, misión
La parroquia de la Santísima Trinidad, situada en Camino Maldonado, perteneciente a los frailes dominicos, abarca un gran territorio geográfico de la capital, Montevideo, compuesta por 23 barrios .
Estos barrios han sido creados en su mayoría como fruto de antiguos asentamientos. En ocasiones llevan el nombre de la fecha en que se hizo el asentamiento. En la actualidad se están produciendo nuevos asentamientos en las tierras vacías que hay circundantes. Todo ello hace que la problemática aumente. La sensación de inseguridad se agrava, el tema del consumo y venta las drogas se incrementa, el hacinamiento, hay falta de trabajo y oportunidades.
El país en general tiene un alto coste de vida. Hacer frente al día a día resulta muy arduo para la clase media, media baja y baja. Esto puede ser alguna de las causas de esas lacras que comentábamos anteriormente. Por otro lado, llama la atención el alto número de suicidios que se producen, que es más del doble en relación a la media mundial. Mas de 20 por cada 100.000 habitantes.
Esta vasta extensión geográfica parroquial se divide a su vez en 12 Comunidades Eclesiales de Base: San Martín de Porres, Sembrador, Juana de América, Mensajeros de Vida, Buen Pastor, Vedruna, Nuevo Amanecer, Gloria a Dios, Jesús de Nazaret, Santa María, Despertar y Peregrina. En su mayoría están dirigidas por laicas comprometidas, que dedican parte de su tiempo con mucha fe y entusiasmo. Algunas de estas comunidades ya cuentan con Capilla donde celebran la Eucaristía, por lo general un día al mes. Y llevan a cabo en todas las comunidades actividades diversas: desde venta de ropa, juegos con los más pequeños, catequesis, talleres de diferente índole y reuniones comunitarias. Las comunidades se fundan en algún local particular, y a medida que se incrementa la participación, aumentan las necesidades y se dispone de financiación se compra un terreno. La misión también está conformada y fortalecida por tres comunidades religiosas: las hermanas Dominicas de la Anunciata, al frente de la parroquia, con el Colegio Beata Imelda; las Religiosas del Sagrado Corazón, insertas en uno los barrios más empobrecidos, y las hermanas Carmelitas de Vedruna, con el Colegio y Liceo Sagrado Corazón.
El barrio que se eligió para la misión fue el de Flor de Maroñas, con 25 manzanas seleccionadas, en el que se encuentra la capilla de San Martín de Porres. Este lugar, multiusos, en la actualidad funciona como centro de apoyo para los niños. Desde el periodo de la pandemia no se habían reanudado las actividades y servicios en la misma. Hay que señalar que en los barrios se van incrementando las cooperativas, y estas por lo general están cerradas perimetralmente, lo que dificulta o imposibilita el acceso a las viviendas.
Como en años anteriores desde la parroquia se comenzó la misión de la época estival. Los días son más largos, los misioneros tienen vacaciones…
El día 1 de febrero en la tarde se hizo una reunión preparatoria.
Dirigida por fr. Santiago y a la que asistimos una veintena de personas, en la mayoría de los casos repetidores de otras misiones; y que por lo tanto ya tenían conocimiento del tema. Las edades oscilaban desde los 17 a los 70 años. Hay que señalar la gran participación de jóvenes.
El día 2, festividad de las Candelas, en la mañana se comienza la Misión con una oración, como se hará en todos los encuentros. Y que preparan un par de voluntarios. Seguidamente son las visitas a las familias del barrio. Se hacen parejas de misioneros y se asignan las casas para visitar por manzanas.
El día 3 es la Festividad de San Blas, patrono de Otorrinolaringólogos, y protector de las enfermedades de garganta. En la oración de la mañana fr. Pedro hace una oración especial para pedir el auxilio del santo. Pedro es paraguayo y allí se tiene mucha devoción a este intercesor.
El siguiente día, domingo, se da inicio oficial a la Misión con la celebración la Eucaristía en la parroquia a las 9,30. Imponiendo la cruz a los misioneros.
El lunes comienza con la oración habitual; y se sigue con las visitas en el barrio y en la tarde se lleva a cabo la primera reunión con adultos, que se había programado y que previamente se les había notificado. En ella se les da voz para que expresen sus ideas, inquietudes, preocupaciones, sugerencias… Al comienzo como en todas las actividades se realiza una oración y posteriormente se hace una presentación de todos los participantes. Se pide que para el segundo encuentro lleven propuestas concretas para realizar en la comunidad.
El día 6 se continúan las visitas en la mañana y en la tarde se celebra la primera reunión de preparación para bautismos de niños. Asisten diez familias que se muestran muy interesadas.El equipo de catequistas de la parroquia se ha encargado de preparar los encuentros.
El miércoles nos trasladamos todos en la mañana a la Fazenda da Esperanza, proyecto de rehabilitación de toxicómanos, donde la comunidad de dominicos celebra todas las semanas la Eucaristía. Ese día nos invitaron a compartir con ellos la celebración. Posteriormente dan dos testimonios de vida dos de quienes se encuentran en rehabilitación y dos de los misioneros. Al finalizar la visita nos muestran las instalaciones y sus actividades. Todos quedamos impresionados del compromiso, la fe y la fuerza de voluntad que manifiestan.
Para el jueves estaba prevista una convivencia misionera en la playa, pero disfrutamos más bien del agua de la lluvia. El caso es que lo disfrutamos a nuestra manera y con unas buenas pizzas. En la tarde tuvo lugar la segunda charla de bautismos, a la que asistió la totalidad de los presentados en el primer día. Se nota que los catequistas tienen mucho “gancho”.
El día 9 en la tarde celebramos un primer encuentro con los niños del barrio, con juegos y actividades, rematado con una pequeña merienda. Al finalizar se mostraron muy contentos y agradecidos por el buen rato que pasaron. Posteriormente tuvo lugar el segundo encuentro con los adultos de la comunidad. En el primero se les pidió que pensaran sobre qué espacios y actividadesdesearían tener en su comunidad, así como su disponibilidad para llevarlas a cabo. Comenzamos el encuentro con una actividad de armar un puzzle por grupos; para poder comprender que todas las piezas son necesarias; y que cada uno debe aportar según según sus dones y cualidades para que la comunidad se mantenga y crezca.
Atendiendo a sus propuestas se acuerda reanudar la celebración de la Eucaristía una vez al mes; atención a los enfermos, con visitas y distribución de la comunión; grupo para rezar el santo rosario, catequesis de preparación de bautismo y comunión; hacer llegar la imagen de la Virgen a las familias que lo soliciten. Un pequeño refrigerio pone fin al encuentro y alimenta los cuerpos para dar fuerza y emprender lo acordado. Hay ofrecimiento de personas concretas para participar y colaborar en las distintas tareas-ministerios. Los padres de los niños que recibirán el bautismo están entusiasmados y se ponen manos a la obra para preparar la capilla. Lo cierto es que realizan una transformación asombrosa en el lugar, limpiando y adornándolo.
El sábado 10 se reanudan las visitas a personas contactas, o que están pendientes de una segunda visita y confirmar propuestas. Es el gran día para los más pequeños. Se celebran los bautismos en la tarde. La Capilla estaba abarrotada. No quedó más remedio que celebrarlo dentro porque ese día la lluvia nos acompañó también. Fue un gran acontecimiento: la Iglesia recibió a sus nuevos diez miembros. Acompañados por los catequistas, padres y padrinos; y el oficiante, el diácono Daniel.
El último día de la misión cierra con la Eucaristía de la tarde. Presidida por fr. Germán, y acompañado por el fr. Santiago, fr. Pedro y el diácono Daniel. Es una celebración de Acción de Gracias y de petición para que la Misión de sus frutos, que duren y perduren con el tiempo. En ella se muestran también los testimonios de los misioneros; que alientan a seguir en esta tarea donde verdaderamente la mies es mucha y los obreros pocos. Lo cierto es que es una labor alentadora y gratificante. La experiencia de la cocina de María Rhut nos hace disfrutar de las tortas típicas de este país. En la tarde noche, y para finalizar estos días, en la parroquia hay una convivencia nutrida con las ricas hamburguesas de Gerardo e Isabel.
Al mediodía durante el periodo de misión nos reunimos para el almuerzo en el comedor de la parroquia. Donde reponemos fuerzas gracias a la buena cocina de Nina y Verónica. Hay que reseñar que los días de la misión fueron especialmente calurosos. Pero no por ello flaqueaban las fuerzas cuando a la hora del medio día había que afrontar la caminata por la calle Juan de Aréchaga hasta la Capillita de San Martín.
Pasados los días de la misión, la actividad sigue en la parroquia, con su cadencia del verano, que es más relajada y pausada. Las actividades anuales han sufrido un parón, pero se empieza a preparar el nuevo curso y se reanudan las visitas a las familias por las distintas comunidades; que ya extrañan la presencia de los frailes de la parroquia .
Visitamos comunidades como la de Santa María, Juana de América, Santo Domingo, Buen Pastor, Peregrina, Jesús de Nazaret…
A simple vista es fácil percibir qué comunidades sobresalen por los logros conseguidos. Hay algunas que no han conseguido todavía los servicios públicos.
En las casas visitadas hay que resaltar la disposición y ánimo a emprender el nuevo curso colaborando en todo lo posible. Las historias familiares y personales de los visitados ponen de manifiesto las carencias y necesidades a nivel personal, de salud, familiar, social, económico, educativo…
Hay que destacar sin lugar a duda que entre los pobres abunda la generosidad, la disponibilidad y el entusiasmo.
No es más rico el que más tiene si no el que más comparte. Como dicen el libro de los Proverbios: el que es generoso prospera; el que da a otros, así mismo se enriquece. (Prov. 11, 24). Esto lo tienen muy asumido y ponen en práctica todos aquellos a los que visitamos.
Gaspar Calvo Población