Voluntariado Misionero: Me faltaba El Seybo
Patricia Rosety, voluntaria de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas, nos cuenta sus primeras impresiones en República Dominicana
Me faltaba El Seybo, la misión de los Dominicos en República Dominicana. He estado varios veranos como voluntaria en la selva peruana, en Koribeni y Puerto Maldonado, y en Guinea Ecuatorial, en Malabo, pero me faltaba El Seybo. Y aquí estoy. Al llegar pude comprobar que era tal como me lo habían contado, más o menos como si de una película se tratase y te metes dentro de la pantalla. Alegría, música y cierto bullicio, es lo que caracteriza a esta entrañable ciudad.
Lo sorprendente, que casi me ruboriza, es el caluroso y halagador recibimiento de estos dominicanos de Santa Cruz de El Seybo. Nada más llegar fui a Radio Seybo, que tan bien dirige Fray Miguel Ángel Gullón. Vivimos en la radio, donde está mi principal labor, que es lo que me han pedido como periodista que soy. Me gusta su forma de hacer radio, cálida, por su forma de hablar, cercana y participativa, muy participativa. Casi un lema misionero, "lo primero es el otro". Y en Radio Seybo se cuentan los problemas y las necesidades de la gente, y se denuncia lo que haga falta. Aquí me encuentro con grandes profesionales como Israel Morales, Yomeili Astasio, a quien conocí en Madrid cuando hizo un máster de Periodismo, o Evangelista Mota, con los que más participo en Radio Seybo.
Pero no todo es radio en esta misión. Hay otros campos. Y al campo nos vamos casi todas las tardes a ver a las familias con hijos becados por Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas. Familias muy humildes. Alumnos que pueden tener su uniforme, material escolar o transporte para llegar a la escuela. Un paisaje precioso, que nos puede hacer recordar a Juan Valdés, pero que no tiene un camino fácil. Comunidades alejadas, caminos pedregosos y sin apenas medios. El Llano, Arroyo Grande, Cuchilla, Maravilla, Piedra Blanca o Arroyo Mateo son algunas de ellas. Me pregunto cómo esos estudiantes pueden llegar a la escuela, a qué hora se tienen que levantar para estar a su hora. Caminos que puedo comprobar en moto con Noelia y Raysa, las encargadas de estas becas en El Seybo. Qué bien conducen la moto, el motor como aquí lo llaman. Parece casi "motocross" en algunos tramos. También vamos a barrios desfavorecidos de la ciudad para que muchos chicos puedan seguir estudiando. Merece la pena ver la alegría de esos padres e hijos por la ayuda para el estudio. Unas ayudas muy bien empleadas. Y merece la pena ir con Noelia y Raysa.
Y entre las sorpresas de El Seybo no puede faltar Anselmo, Fray Anselmo, un entrañable dominico que vive aquí desde hace más de cincuenta años y que nos hace la vida muy agradable. Me gusta su entusiasmo en la radio y su cariño por ella. Me gustan las Misiones, he conocido varias, pero me faltaba El Seybo. Y gracias a Miguel Ángel Gullón estoy aquí.
Patricia Rosety, voluntaria de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas