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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Las muchachas se asomaban a los balcones del tiempo

Sagrario disfruta su último fin de semana de Luba, abriendo ese espacio interior de las internas a la oración y estudio para quererse a sí mismas y disfrutar de su dignidad

Sagrario en Luba

Perú, Congo, Guinea, España, nos encontramos en Luba tres hermanas carmelitas misioneras y dos madres de familia, reunidas en torno a la mesa del domingo que celebrábamos el bautismo de Jesús, cerrando el ciclo navideño. En la sala de al lado niñas y jóvenes de colores llenas de vida, de inquietudes, de prisa por crecer y conocer el mundo. Ellas proceden de los pueblos de los alrededores y viven en el internado.
Rosa tallerViajo con Rosa, que ha sido interna en esta casa y hoy tiene una preciosa familia de cinco hijos: mujer fuerte y exitosa, como dicen aquí, sirve de ejemplo y referente para estas chicas que la escuchan, constatando en su voz y en sus consejos las dificultades y peligros que las acechan en la transición difícil de niña a mujer en esta sociedad en un momento tan vulnerable como es la adolescencia. Una transición especialmente difícil en Guinea y en toda África.  Vulnerabilidad propia de una sociedad no siempre tan pobre pero sí precaria e inestable, con núcleos familiares extensos pero muy desestructurados. Los proyectos de vida de los y sobre todo las más jóvenes han de hacer frente muchas veces al empuje de la modernidad en contradicción con el  peso de las tradiciones y costumbres de las etnias.  Una sociedad en la que al mismo tiempo se pueden cambiar fácilmente valores y virtudes, hasta la propia dignidad, por comidas, ropa a la moda o dispositivos digitales de última generación.
Observamos quelas jóvenes de Luba tienen un refugio en el internado, escuela de atención y paciencia, un ámbito de amistad y aprendizajes también domésticos y desde luego un espacio privilegiado para el estudio. Así se respira aquí de algún modo el espíritu carmelita de contemplación, sencillez y trabajo, por eso me gusta este lugar.
Para mí ha sido un regalo, otro más entre tantos, compartir con las hermanas, con las internas y con Rosa este fin de semana. Una gran alegría volver allá para encontrar a las muchachas con las que ya estuve hace un mes, y muchas de ellas las conocí el año pasado cuando fui por primera vez con Lourdes.
Taller de SagrarioNos reciben bulliciosas y alegres, dispuestas, los ojos anhelantes, las libretas garabateadas de apuntes y proyectos, el lapicero alerta, aunque no entiendan todo se esfuerzan por anotar.
Preparamos unas sesiones de reflexión sobre cómo crecer al resguardo de esas asechanzas y peligros de la vida  mundana que antes hemos indicado. Se trata más que de inteligencia, de fortalecer su corazón en este periodo  adolescente que es el tiempo propicio para aprender a valorarse a sí mismas, apuntalar su propia estima y dignidad, y así construir un espacio interior de luz y acogida. Descubrir el esplendor de su alma, al modo de  Edith Stein, o  como el castillo interior de Santa Teresa. Construir un espacio interior cultivado, como digo, por la oración y el estudio que las pueda proteger y conducir a la verdad de una vida plena de sentido.
Ojalá que no quieran cambiarse por otras ni por nadie,  que no quieran mercadear y negociar con sus cuerpos, ni sus afectos, que nadie las manipule y las domine… Sobre estas cosas y otras  hemos ido trabajando entre Rosa yo, cerrando  el domingo por la noche con una oración, inspirada en las horas de Completas.
Completas en LubaAsí hemos rezado deseando este conocimiento interior: Señor, tu me sondeas y me conoces, (salmo 139), añadiendo algunas intenciones y expresiones a nuestra manera de lo que habíamos trabajado por la tarde.
Pidiendo también el amor y la protección como el niño que no sabe dormirse sin cogerse  de la mano de su madre, así mi corazón… queriendo ponerse en las manos inmensas  de Dios.
En este  lugar privilegiado de educación y contemplación he disfrutado  especialmente  mi último fin de semana en la misión. Una encrucijada donde además se anudan y entrelazan en mi vida dos carismas, dos intenciones,  dos perfiles que se han ido dibujando en mi viaje existencial a lo largo de los años: es el carisma dominico y el carisma carmelita, Santo Domingo y San Juan de la Cruz.
Con las hermanas carmelitas misionerasTermino estas líneas agradeciendo a las hermanas Elena, Norma y Sylvie, por su hospitalidad y a Rosa por haberme llevado a conocer el que fuera su hogar en los momentos difíciles de su adolescencia.

Sagrario Rollán