Manda un Bizum al 01976

El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

La educación esconde un tesoro

Fermín Ibáñez, voluntario misionero, nos comparte cómo vivir de cerca la pasión y dedicación de los profesores de Malabo le reconectó con la esencia de enseñar

Fermín formación profesorado Rebola, Malabo, verano 2025

Hace un par de semanas que terminamos la formación a profesores de Malabo en el pueblo de Rebola y no quería dejar de compartir la experiencia de este regalo inesperado para mí. Digo inesperado, ya que no estaba previsto que impartiese clases a profesores en Malabo, al menos de esta manera y de tal magnitud. Me había preparado para dar talleres, juegos, actividades, clase a adolescentes, implantar alguna acción de interioridad…. pero no venía predispuesto a esta labor docente en concreto.

Llegamos un viernes 11 de julio y el sábado me propusieron la posibilidad de acompañar en una formación para profesores en programación que empezaba ese lunes y que impartiría Lourdes, otra voluntaria misionera y profesora en España. Debido al alto número de personas que estaban apuntándose en el curso, pensaron los frailes dominicos que vendría bien un refuerzo y por eso me propusieron esta tarea. Acogí el reto con ilusión y me puse manos a la obra con Lourdes a perfilar los temas a impartir, e incorporar en la propuesta lo que yo humildemente podía aportar y entre los dos ver cómo nos íbamos a organizar.
formacion-profesorado-rebola-julio-2025-normalAunque Lourdes lo tenía todo ya preparado y me facilitó lo que había ido preparando desde España, un cierto vértigo y respeto me invadió, máxime a medida que pasaban las horas y se iban apuntando cada vez más profesores. El lunes 14 de julio nos encontramos con que la respuesta a la convocatoria fue increíble. Algo más de 90 profesores de las distintas etapas educativas y que provenían de diversos sitios de Malabo y alrededores se congregaron para la formación en la villa de Rebola. Fue tal la respuesta, que el martes tuvimos que cambiar de espacio porque no cogíamos en el lugar que se había propuesto a priori. A partir de ahí, todo ha sido un trabajo de adaptación y flexibilidad constante. Sus ganas de aprender, de formarse, compartir e intercambiar experiencias con nosotros no paraban de crecer. Fue este ímpetu e ilusión el que contagió a los frailes dominicos y a nosotros, poniéndonos a todos en movimiento para acoger esta llamada que la providencia nos ponía delante tan llena de novedad y disposición nuestro corazón hacia ella. Finalmente se han ofrecido dos cursos, uno básico de programación del 14 al 18 de julio y otro de profundización del 28 al 31 de julio.

A lo largo de estos días hemos estado guiando para que aprendiesen cómo se realiza una programación y a incorporar nuevas metodologías e instrumentos de evaluación para su docencia. Hemos visto algunas rutinas de pensamiento y cómo impartir desde una disciplina positiva o buscar estrategias para la resolución de conflictos en el aula. También el trabajo en equipo y las estrategias cooperativas han estado presente en todo momento, no solo en la teoría, sobre todo en la práctica de las clases diarias. Este trabajo cooperativo ha dado mucho juego y nos hemos divertido mucho con todo lo que han ido haciendo… Aún así y con toda la ampliación que se realizó para el curso, nos han faltado horas para tanta demanda.
ana-isabel-lourdes-y-fermin-formacion-profesorado-normalMe ha hecho especial ilusión llevar a cabo esta formación, porque he podido trabajar con ellos para que incorporen recursos de interioridad en sus clases y para que aprendan a autorregularse y autocuidarse ante este gran desafío que supone la docencia. Un reto que aquí cobra una mayor relevancia, ya que algunos profesores imparten clases a 60 y 70 alumnos y sin prácticamente ningún recurso material para impartir su docencia. Esto último me ha conmovido especialmente, son verdaderos MAESTROS. Sin recursos materiales, con clases sencillas, sin ningún avance digital, con sueldos bajísimos… Y a pesar de todo con inmensas ganas de aprender, con una vocación enorme y dispuestos a trabajar con entusiasmo. Había veces que no querían parar en el descanso de las clases, porque querían seguir trabajando entre ellos. Su entusiasmo en medio de la precariedad me ha hecho replantearme mucho mi docencia en España. Me ha interpelado de manera profunda y también he podido reconectar y reactivar mi vocación de ser profe. Siento un profundo agradecimiento porque exista profesorado así y también gran admiración por cada uno de ellos.

Han sido días muy especiales. Nos hemos reído, hemos hecho dinámicas y juegos cooperativos, han creado canciones, se han contado cuentos, han elaborado nuevas fichas, programaciones, rúbricas, hemos hecho role playing, bailado, cantado… Todo un nuevo reconectar con la esencia de la educación, con lo más importante, con los verdaderos protagonistas de esta historia y que no son otros que los cientos y miles de niños que tenemos delante todos los días y que gracias a ese ímpetu y estas ganas por acercarse a ellos de otra manera, también a mí me han hecho replantearme cómo llego y quiero llegar en España.cartel-presencia-formacion-profesorado-rebola-1-normalHan sido tres los ejes que nos han ayudado a impartir el curso: aprendizaje, presencia y cuidado. De estos tres quiero destacar la presencia, porque me ha hecho reafirmarme en que es el que marca la diferencia el día en el aula allá donde estemos. Da igual que sea en Guinea Ecuatorial, España o cualquier otro lugar. Lo siento así, ya que nuestra presencia es lo que “vehicula” aquello que transmitimos. Si los contenidos que transmitimos (aprendizaje) no van acompañados de una presencia amable y amorosa (cuidado), lo discursivo pierde valor ante todas las personitas que tenemos en clase. Cómo nos presentamos en el aula, cómo hablamos, cómo nos preocupamos por ellos, cómo nos acercamos… todo esto también está marcando al alumnado y en función de ello, ayudará o no a que incorporen el aprendizaje de manera significativa. Como dice Mar Romera, “nuestros hijos (alumnos) no aprenden lo que les enseñamos, nos aprenden a nosotros”. Por último, nuestra presencia es también un medio poderoso para llegar a otra Presencia que nos trasciende y que deberíamos cultivar; y que aquí en Malabo esta dimensión trascendente y espiritual, se nos desvela de una manera extraordinaria y muy particular.
cartel-cuidado-formacion-profesorado-rebola-1-normalQuiero terminar con algo que me ha parecido más que curioso o diría mejor providencial. La formación la comenzamos explicando los pilares de la educación de Delors, algo que les impactó positivamente y ha estado muy presente a lo largo de toda la formación. Y en la Eucaristía final de cierre, el padre Roberto Okon, vertebró su homilía hablando de la importancia de que los profesores no solo somos garantes del conocimiento, no enseñamos solo a que conozcan. También y de manera especial, nos animó a que impartamos docencia desde el aprender a ser y también a hacer el bien para ellos mismos y la comunidad. Es un buen resumen de los cuatro pilares de Delors; aprender a conocer, a hacer, a ser y convivir.
cartel-educar-formacion-profesorado-rebola-1-normal
Ojalá también nosotros, los profesores de España, podamos tener espacios de convivencia y aprendizaje con otras culturas y así con este conocimiento poder hacer y ser mejores en nuestra docencia diaria y acercarnos algún día a esta verdadera MAESTRÍA DEL CORAZÓN. De momento, me voy orgulloso de tener compañeros de profesión como ellos y agradecido por haberles conocido y por este regalo que Misioneros Dominicos - Selvas amazónicas me ha posibilitado. Ha sido muy emotivo y entrañable conocer las raíces rebolanas de Roberto Okon y Esteban Nko Sipi. La acogida y buena disposición de toda la comunidad de Rebola, especialmente de los profesores del municipio, la cesión de las instalaciones del aula de informática y después del colegio San José, así como todas las atenciones y el cuidado que ha habido hacia nosotros constantemente. Todo ha sido disposición, cuidado y acogida.

El informe de la UNESCO que lideró Delors, tiene como nombre “la educación esconde un tesoro” y ciertamente yo he podido encontrar el mío este verano gracias a todos estos profesores llenos de entusiasmo y ganas de aprender.

GRACIAS POR ESTE REGALO

Fermín Ibáñez
Voluntario Misionero en la Misión de Malabo, Guinea Ecuatorial