¡Gracias!
A la vuelta Belén de la misión, sólo tiene palabras de agradecimiento.
¡Gracias! Ya desde Madrid os escribo para daros las gracias a todos los que me leéis, por acompañarme siempre que voy de misión; siempre, el rato que me siento a reflexionar, rezar y recordar para contaos lo vivido, es un momento que disfruto, porque de alguna forma venís conmigo. Si a día de hoy soy como soy; es gracias a lo compartido y aprendido de todos los que he tenido la suerte de encontrarme en el camino de la Vida, así que, ¡gracias! Quiero dar gracias a Dios, por enviarme a la misión; por ayudarme a encontrarTe, a través de tanta gente que hace vida el Evangelio, desde lo sencillo, desde el compartir y celebrar, desde el silencio y la oración, desde ese sentirnos hermanos, identificándonos todos los que intentamos seguir tus pasos. Gracias, el hecho de ir en Tu nombre, hace que la gente te abra las puertas, te acoja y te quiera; y a ti te hace abrir el corazón, te inunda la alegría y te llena de esperanza en ese reino que Jesús predicó, donde la lucha por un mundo más humano y justo es compartida; las alegrías y las penas también. Gracias a Selvas Amazónicas y a los misioneros por la oportunidad de sentirnos en misión aquí y allí, por permitirnos estar y ser con el otro, con el prójimo, con el hermano…, por hacer realidad lo que Dios ha pensado en nuestra vida para hacernos felices. La última semana allí fue un poco diferente, los profesores se pusieron en huelga, sólo pudimos dar una de las tres charlas programadas; después de insistir tanto a los alumnos que en caso de bullying, se lo cuenten a los profesores…nos hubiera gustado darles algunas recomendaciones de cómo actuar, pero aunque lo hemos intentado hasta el último día, no ha sido posible. Como nos decía el Padre Toni, hemos conocido la educación de Paraguay sin filtros y es bastante preocupante…”La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”, espero que los jóvenes y profesores se den cuenta de ello. Esta última semana nos hemos dedicado a contemplar: la naturaleza (los jóvenes nos llevaron a ver el cerro y el paisaje espectacular), el arte, (el Padre Toni nos llevó a Yaguarón a conocer un Iglesia barroca preciosa), el estudio (a través del libro “el país de la sopa dura” sobre Paraguay) y el compartir (hemos tomado tereré con todo el que pasaba por allí, que es el momento más social de allí, donde más conoces a la gente…). La última noche los monitores que han tenido muchos detalles con nosotros, trajeron cena y compartimos juntos un rato muy divertido recordando anécdotas, nos regalaron unas fotos del campamento y otras bailando polka paraguaya, que menos mal que el ritmo no se ve jeje y el Paí Toni, también nos regaló una cruz dominicana que hizo para celebrar los 25 años de la misión de San Roque (Tavapy en guaraní), unas cruces a las que tiene mucho cariño ya que las hizo con unas monedas de plata de su padre, fundió la plata e hizo cruces diseñadas por él, un recuerdo único y precioso por el cariño que hay puestas en ellas. Y también nos dio su bendición al despedirnos en el aeropuerto; aquí hay costumbre que cuando te vas o llegas y están tus padres, padrinos, o sacerdotes, antes de saludarles juntes las manos pidiendo la bendición, te dicen mientras hacen una cruz con su mano derecha “Dios te bendiga, te acompañe y te haga feliz” y ya después el abrazo. El domingo celebramos el día del Evangelizador a nivel de la diócesis con más de mil jóvenes, impresionante; el sacerdote nos decía que no se ama lo que no se conoce, y que a Dios sólo le podemos conocer en el otro (el que está sólo, en la cárcel, enfermo…), en la Palabra reflexionada y orada y en los sacramentos, ojalá cada día le conozcamos más y se lo transmitamos a todos. Un abrazo grande y hasta la próxima Belén