Dominicana en mi corazón
En solo unos días, Patricia Rosety vive con ilusión e intensidad la misión en República Dominicana, conectando con la gente a través de la radio. Una pequeña parte de esta tierra ya habita en su corazón.
Y van cuatro. Cuatro experiencias de misión en República Dominicana, en la misión de El Seybo, en poco más de dos años. Puede ser una continuación, aunque siempre descubro algo. Quizá a mi misma, quizá me dé más oportunidades que en el día a día no me doy, que la vida no me lo permita o que la misión lo consiga. El año pasado, cuando volví escribí en estas páginas “Nunca me fui de El Seybo”. Habían pasado muchas cosas que seguí desde la distancia y en las que me involucré, y este año también. Hasta un premio de la Fundación COPE sobre un reportaje sobre esta bonita misión. Algo que me hizo volver. Todo suma.
Al llegar estuve dos días en Santo Domingo. Ver la estatua de Antón de Montesinos en El Malecón, pronunciando su sermón de 1511 en defensa de los indígenas, me hace sentir que ya estoy en la misión. De Santo Domingo a El Seybo es un paisaje conocido, y me hace recordar el camino que hicieron a pie los campesinos, ya tres veces, para reivindicar al gobierno sus tierras, las que les arrebató un terrateniente en 2018. Camino que sigo a través de Radio Seybo, de las redes y de mensajes. Algún día me gustaría hacer esa peregrinación de cerca de 200 kilómetros para vivir la experiencia de convivencia que tanta fuerza les da. Porque habrá más, estoy convencida. Hablé muchas veces con los campesinos para publicar en COPE varios reportajes sobre su lucha.
Y al pisar El Seybo, Radio Seybo, Santa Cruz de El Seybo, me sentí de lleno en la misión, me sentí en casa, con la sensación de haber estado fuera poco tiempo Me encuentro con Ada, Yomeily, Camilo, Evangelista, María, Miguel, Mario, Nairobys, Franchesca, Yokairy, Noelia, Raysa, Felito, Kika, Diana, Milagros, Johanna, Leidi, Melania, Nicolás... la gran familia de Radio Seybo. Me encuentro, a través de las ondas, con los fieles oyentes de esta radio que lleva cincuenta años luchando por la dignidad de las personas, colocando el micrófono para dar voz a quien no la tiene, colocando el micrófono donde se cuece la vida, o en el corazón de las personas, como dice su director, el dominico asturiano Miguel Ángel Gullón. Una radio fiel a sus orígenes. Es una alegría sentarte en el estudio con sus profesionales y hablar, comentar, informar o analizar. Como también lo es hablar con los oyentes, que llaman directamente a la radio y su llamada telefónica entra en el momento. Es la esencia de la radio, estar con las personas y escucharlas. Un auténtico servicio público. Y en todo ello tiene mucho que ver el misionero Gullón.
Llevo tan sólo unos días, unos días que vivo con ilusión, como siempre, con intensidad y con un calor tremendo, porque en Dominicana hace mucho calor todo el año. Pero con este calor incluido, esta experiencia radiofónica y misionera me permite sensibilizarme, me permite sensibilizar. Lo importante es estar. Puedo entender muchas cosas y relativizar. Y puedo aprender. Es la fuerza de esta tierra y de su gente. Tierra de la que sólo conozco una pequeña parte. Pero gracias a esa pequeña parte llevo a Dominicana en mi corazón.
Patricia Rosety, misionera voluntaria en Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas