Dignidad con mayúsculas
Patricia Rosety destaca el trabajo de los Misioneros Dominicos por la dignidad de los más empobrecidos de El Seibo, trabajo del que ha sido testigo y cómplice
Se me acumulan las imágenes, las caras, los testimonios. Muchos problemas, pero también mucha dignidad. Casi no sé por dónde empezar. Una semana dedicada a visitar comunidades en las que muchas personas luchan por vivir, luchan por sus derechos, derechos fundamentales en pleno 2023. No puedo olvidarme de su preocupación, pero tampoco de las sonrisas. Sonrisas de niños y de mayores. Acompaño al misionero Miguel Ángel Gullón, y el hecho de que él llegue ya es una especie de tranquilidad y seguridad para todos. Lo vi en las distintas ocasiones en las que subí con él a la loma, a La Culebra, para estar con los “Peregrinos de El Seibo”. Y lo volví a ver cuando fuimos a otras zonas, zonas en las que los vecinos sufrieron desalojos violentos por parte de las grandes empresas que explotan los campos de la caña de azúcar, y que también explotan a sus trabajadores. Sientes impotencia. Y a la vez, te llama la atención la alegría de sus caras, la sonriente mirada de sus ojos porque llega Gullón. Les habla con tranquilidad, con calma. Tranquilidad y calma con las que transmite fuerza, mucha fuerza.
En Los Solares, en Villa Guerrero, barrio al que fuimos varias veces, la mayoría de la gente vive en chabolas. Infraviviendas construidas por ellos mismos. Viviendas hechas con toda la dignidad del mundo que pueden salir volando si llega un huracán. Y vivimos una tormenta tropical, la tormenta Franklin. Durante esos días de lluvia yo pensaba en ellos, me preguntaba cómo estarían soportando el agua. Como pueden, está claro. Un día les llevamos material escolar, gorras y chubasqueros que me dieron en COPE, donde trabajo. Estaban felices. Con qué alegría recibían los “regalitos”. Qué felices con tan poco. Nos dan una lección sobre lo poco que necesitamos para ser felices. Nosotros tenemos problemas, pero problemas de ricos, tenemos tanto...quizá demasiado, y no nos damos cuenta. Estamos “refalfiaos”, le decía a Miguel Ángel, que como asturianos que somos, en algún momento decíamos alguna palabra asturiana. Y ésta es muy expresiva.
Me impresionó conocer a Claribel Álvarez. En la madrugada del 26 de enero de 2016 sufrió un brutal desalojo por parte de agentes armados de la empresa azucarera Central Romana. Les expulsaron de forma violenta y destruyeron las casas de 60 familias. No tenemos ni idea de lo que puede ser eso. Desalojos que se denuncian en Radio Seybo, la radio de la misión, la radio que dirige Gullón. Claribel, junto a los Dominicos, denunció ese brutal desalojo en Ginebra ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En este momento, vive en casa de su madre, con toda su familia. Y me conmovió conocer a Yeidi. Ahora tiene 13 años, pero tenía 5 aquella noche. Dormía plácidamente. Su zapato, del número 29, encontrado días después, destrozado, simboliza la violación a la dignidad, violación a la dignidad de esa comunidad. Miguel Ángel Gullón me lo enseña, y Yeidi, en su casa, con una sonrisa, me muestra el otro, localizado años después.
Me falta hablar de los haitianos. No son nadie en República Dominicana. Sufren discriminación y exclusión social. Fui a los bateyes, pequeños poblados entre los campos de la caña de azúcar, acompañando al dominico Jacques Jean, que es haitiano. Viven ahí, en casas más que humildes. Su cometido, cortar la caña de azúcar, es muy duro, agotador, mal pagado. Trabajan en situación de esclavitud. Les es muy difícil conseguir papeles. Cuando llegan tienen documentación exclusivamente para trabajar en la plantación. Si dejan la plantación se quedan sin papeles. Y sus hijos, sin documentación, sólo pueden estudiar hasta un determinado nivel.
Sorprende que en pleno siglo XXI se vulneren los derechos humanos de esta manera y que haya que luchar por la dignidad. Dignidad con mayúsculas tienen estas personas a las que defienden y acompañan Miguel Ángel Gullón y Jacques Jean. Les estoy más que agradecida por mostrarme esta realidad, tremenda realidad de estas personas desfavorecidas, las preferidas de Jesús, como dice Gullón. Realidades que denuncia en Radio Seybo el gran equipo que dirige Miguel Ángel. Gracias por dejarme estar con vosotros.
Patricia Rosety, voluntaria de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas