¿De qué tienes hambre?
¿Qué vas a hacer para saciarla?
Bonita reflexión desde el Evangelio y la VIDA en República Dominicana que nos manda Belén.
Hoy el Evangelio hablaba del Pan de Vida, que sacia esa hambre, al reconocer a Dios en nuestro hermano y hacer lo que Él haría.
Hambre de ser queridos: estuvimos en Santiago con un fraile de origen haitiano (los dominicanos son bastante racistas con los haitianos) y nos contaba que algunos no le trataban bien y eso le hacía sufrir, ¿Cuándo aprenderemos a amar y a quitarnos tantos prejuicios?
Hambre de alegría: llegamos al campamento y nos sorprenden los ojos de tristeza de algunos niños y su falta de energía (cuando mejor responden es después de la merienda, tienen hambre de pan…); hace calor y el ritmo del campamento es entre descansos para saciar la sed; pero nada cómo jugar, cantar, bailar, y darles un poco de cariño para ver esas sonrisas que compensan todo el esfuerzo. ¿Todos los niños tienen derecho a jugar? Hagámoslo realidad.
Hambre de justicia y paz: hoy hemos estado en reuniones de campesinos que claman justicia, hay muchos que no poseen los títulos de las tierras y los avariciosos terratenientes cada vez acaparan más…ya hay dos privados de libertad injustamente, por unas protestas, (a uno le han golpeado, hay que llevarle la comida…); le habían ofrecido dinero incluso a cambio de que dejara ser el líder de los campesinos. Nos cuentan que les tienen amenazados, les da miedo venir a la radio por si los apresan…alguno salta diciendo que vengan y les matamos, pero saben que lo que gana es permanecer unidos en la lucha “Los campesinos somos uno” nos decía otro. Hay que hacer una protesta pacífica. ¿cuándo les devolveremos a los pobres lo que les pertenece, y que por injusticia humana les hemos quitado?
Hambre de compartir:vamos a la fiesta de Caciquillos, en honor a Santo Domingo de Guzmán, el fundador de los dominicos, una señora nos da la bienvenida, no es de ese campo pero nos dice que lo que más le gusta es compartir con todos. Ese mismo día la radio cumple años compartiendo las luchas campesinas, acompañando la educación de las familias, predicando el Evangelio, escuchando, dialogando…¿puede ser un proyecto más dominico que éste? La vida compartida es más! Este año además de toda la gente querida de aquí (y los que echo de menos, pero están en espíritu: Anselmo, Maite…) tengo la suerte de compartir la misión con Carlos, mi hermano de fraternidad. Gracias por esos momentos de oración, risas, inquietudes, de caminar juntos al encuentro del otro, que dan sentido a la misión… ¿Y tú...que compartes con los demás?
