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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Cuba, en búsqueda de Esperanza

Después de cinco años, nuestra voluntaria Belén Rodríguez, volvió a un lugar especial: La Habana, Cuba. Compartiendo la misión con su madre y los frailes dominicos, la fe y la oración les daba la fuerza y esperanza necesarias.

Belen Rodríguez en Cuba

El 29 de junio, después de cinco años, volvía a un lugar que había sido muy especial para mí. Un país que me impactó desde el primer día y que seguía teniendo muy presente, sobre todo a las personas que conocí entonces, aunque algunas de ellas ya no estaban.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 1A pesar de la situación de crisis que se vive y las dificultades que están atravesando, el Señor me quería de nuevo allí, en La Habana, Cuba, pero esta vez, como se repetiría a lo largo de la estancia, “todo es diferente a cuando estuviste”. Para empezar porque fui gracias y junto a la buena compañía de mi madre, Paqui, con la que pude compartir y apoyarme en esta misión. Luego, porque tuvimos la inmensa suerte de poder vivir con la Comunidad de frailes Dominicos de Cuba, en el Convento de la Habana. Una comunidad llena de alegría, compromiso, cultura, inteligencia, humildad y amor. Desde el primer momento estábamos como en casa, una casa  llena de vida, en la que nos sentíamos cuidadas e integradas.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 3Como unas más, asistíamos a la oración de la mañana para rezar junto a los frailes y comenzar bien el día. El silencio, el aire acondicionado (que tanto se agradece en un país tan caluroso), escuchar la Palabra, orar en comunidad y bajo la presencia de la Virgen de la Caridad, te llevaba a conectar con Dios y cargarte de fuerzas para empezar la jornada. Solo así era posible salir a la realidad.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 4Por las mañanas, la comunidad se organizaba y compartíamos el plan del día. Nosotras, entre semana, acudíamos junto a Fray Celio a la Iglesia del Rosario, donde niños de entre 7 a 16 años asistían a la Escuela de Verano. Este era un proyecto creado por los Dominicos de Cuba, con el apoyo de Misioneros Dominicos- Selvas Amazónicas, y la colaboración del Colegio y la Parroquia Santo Domingo de Oviedo.

La Escuela de verano comenzaba a las 9:30, pero en la Iglesia del Rosario siempre había desde temprano mujeres y niños con mucha actividad. El grupo de mujeres de la Iglesia preparaban con amor y esmero la comida que se les proporcionaba a los niños en la jornada.  Los niños jugaban y compartían con sus compañeros y con nosotras, sus intereses y su cariño. A la hora en punto, los coordinadores y profesores organizaban con alegría y buen humor el día.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 5Los niños tomaban su merienda y luego, por grupos, pasaban a la clase de danza o a la de títeres. Eran mañanas movidas, dinámicas y a pesar del sofocante calor, los niños podían aprender y divertirse. Una vez lista la comida, tanto niños como adultos, disfrutaban, repetían y apuraban hasta el último grano de arroz. Luego continuaba la jornada con danza, títeres y también manualidades o canto. Nosotras, dispuestas a lo que fuera necesario, colaborábamos con los profesores, organizábamos, cuidábamos a los niños y nos divertíamos con ellos.

Después de las mañanas llenas de actividad, calor, y entretenidas con los más pequeños y jóvenes, las tardes eran para parar y salir a la realidad. Salíamos a pasear, pudiendo admirar la maravillosa arquitectura que había tenido la ciudad, así como observar la realidad actual del país, su gente, sus condiciones de vida y cómo (sobre) vivían.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 7También eran tardes de compartir. Compartimos junto a los voluntarios, el reparto de alimentos de la Parroquia de San Juan de Letrán y de la Capilla del Fanguito. El grupo de voluntarios preparaba con cariño, el alimento disponible y tan necesario, para enfermos, ancianos y personas más necesitadas. Tras la organización, llegaba el momento más bonito y a la vez más duro de la tarde, conocer la realidad desde dentro. Visitamos a varias personas, en las que en un primer momento se podía ver el dolor y desesperación, pero en medio del sufrimiento, Dios se hacía presente. Estando todos juntos, alrededor de su Palabra, la oración y llenos de gestos de cariño, todo se transformaba en consuelo y amor.

A demás de estas visitas, tuvimos la inmensa fortuna de pasar tiempo con las Hermanas de Santo Domingo de Granada que tanto me habían enseñado la otra vez y con las que pudimos conocer sus proyectos, ponernos al día de la situación del barrio de la Timba y Martí donde ellas tenían presencia y, poder pasar momentos muy agradables. También pudimos compartir tiempo con gente muy querida para mí, amigas y gente del lugar con la que pudimos hablar y disfrutar.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 9Todas estas quedadas estaban llenas de cariño y alegría, pero siempre había algo común que se nos hacía difícil de llevar, saber las situaciones tan difíciles y desesperantes que vivía la población. Para nosotras era muy frustrante y la única manera para poder llevar tantas situaciones de dolor era acudir a Dios. Él mismo nos dió la oportunidad de encontrarlo cada tarde tras estos encuentros, en la Eucaristía diaria de San Juan de Letrán, donde hallábamos la Fe y la Esperanza.

Pero en medio del dolor, aparece la Resurrección. En los momentos de compartir pudimos disfrutar de buenas charlas sentados en las mecedoras con una cerveza bien fría en mano (o una piña colada), las risas y bromas estaban aseguradas en las comidas (que fuimos más que afortunadas teniendo lo que necesitáramos), pudimos visitar las partes más turísticas de la ciudad con buenos guías e incluso momentos de diversión jugando a las cartas y saliendo a tomar algo.

Belen Rodriguez en Cuba 2024 11La oración, la comunidad, la compasión y la búsqueda de la Verdad, nos han acompañado a lo largo de todo nuestro viaje, haciendo de está una experiencia muy dominicana. Todo ello nos lleva a sentirnos muy agradecidas con todas las personas que hemos conocido y con todo lo que hemos aprendido, querer dar testimonio del sufrimiento ajeno pero también mandar mensajes de esperanza, buscando hacer un mundo mejor y querer continuar la misión.