¿Condenados a perder su identidad?
Desde Koribeni, Raquel nos vuelve a escribir una gran reflexión sobre la comunidad y la vida de los indígenas en la zona.
Os animamos a leerlo porque no tiene desperdicio.
¡Gracias Raquel!
La basta región del Perú se divide en tres zonas: la costa, la sierra y la selva, tres mundos completamente disintos, y de ellos, el más olvidado: LA SELVA. La región selvática del Alto Urubamba, donde estamos, antes era ocupada por los indígenas, pero los colonos Quechuas que antes vivían en la zona de la Sierra fueron bajando de sus lugares de origen y desplazando a las etnias autóctonas de la Selva alta, como fueron los matxiguengas.
La misión de Koribeni es un punto de referencia para todas las Comunidades nativas y Roberto las visita con bastante frecuencia. El hombre de la Sierra lo ha invadido todo y se ha apoderado hasta del mismo Pongo de Mainike, uno de los ríos más caudalosos y más temidos por los matxiguengas, y ha comenzado la invasión más debajo de él.
En el Alto Urumbamba, donde estamos, las comunidades nativas son islas en medio de un océano de invasión colona, son 18 comunidades en la actualidad.
Esta Misión fue fundada por el Padre Pío Aza en 1.918. A pesar de estar alejada, está bien comunicada, está en la línea carretera que une Quillabamba con Ibochote. Tiene una extensión de 3.675 ha. Es una comunidad bastante pobre. Las familias siguen manteniendo su costumbre de no vivir apelotonados como los panales de la gran ciudad, y les gusta vivir más aislados y mantener su intimidad familiar. Cultivan café, cacao, plátano y achiote (parecido a la patata).
El Complejo escolar de Koribeni es un centro de referencia para otras comunidades. Hay una escuela fundamental (equivalente a pre-escolar), otra de primaria y otra de secundaria. Además, hay dos internados para los muchachos que viven en zonas más apartadas. Las madres dominicas están a cargo de uno de ellos. La escuela forma parte de la red de escuelas del Vicariato de Puerto Maldonado: RESSOP (Red Escolar de la Selva del sur oriente Peruano). Cuando teníamos algún rato libre aprovechábamos para dar apoyo escolar a los chicos del internado, ahora están de fiestas Patrias. La mayoría de los chicos del internado son matxiguengas de familias muy humildes, así que a cambio de estar en el colegio muchos padres ofrecen arroz, papas o algún otro producto de su cosecha. Los chicos nos han acogido fenomenal, desde el primer momento se echaron a nuestros brazos, lo cual sorprende bastante cuando conoces la realidad de las comunidades que suelen ser bastante cerradas, sin embargo, Koribeni es la excepción que marca la regla. A nivel académico, llama la atención los contenidos tan profundos que dan, que distan mucho de su nivel curricular real. Les mandan hacer potencias imposibles, o aprenderse todos y cada uno de los elementos de la tabla periódica (incluidos los lantánidos)…y luego te preguntan cosas como: “¿EEUU es un planeta?”…¡Un sinsentido! Las mayores dificultades que presentan son en ortografía y comprensión lectora, y esto último es lo más preocupante. Sólo la cultura nos hace libres, y la pérdida de identidad cultural va unida irremediablemente a la pérdida de la propia cultura, condenando a estas gentes a vagar perdidos y a ser alienados por todo lo occidental, perdiendo sus valores y costumbres y siendo contaminados por el más puro capitalismo. Sólo la lectura y la educación les puede conducir a valorar, amar y defender lo que les es propio. Sólo forjando unos ciudadanos conocedores de las riquezas de su Patria, críticos y libres, el Perú podrá mantener su enorme riqueza cultural, pero todo lo que no se conoce acaba cayendo en el olvido.
En las comunidades el problema se agudiza aún más, porque un mismo profesor tiene que atender a niños de muy distinto nivel, y los niños faltan con mucha frecuencia a la escuela porque deben caminar incluso tres horas selva a través para llegar a su destino. Las comunidades quedan olvidadas y el Estado las ignora por completo… y cuando llegan los colonos de la Sierra, los matxiguengas, tremendamente pacíficos, no luchan por sus tierras, sino que se van desplazando a otras zonas, en busca de un nuevo hogar. ¿Qué ocurrirá cuando no les queden más recónditos lugares donde escapar?