¡AGUYJE! ¡GRACIAS!
De Paraguay a España con el corazón lleno de gratitud: el voluntariado misionero de Carmen Calama en el Bañado Tacumbú

Llegué hace una semana de la Misión del Bañado Tacumbú y lo primero que viene a mi mente es ¡AGUYJE!, GRACIAS en guaraní, la lengua propia de Paraguay. GRACIAS a todos por vuestra acogida, por cuidarme y por acompañarme y llenarme el corazón de Dios.
Regreso con el corazón habitado por las miradas de curiosidad e ilusión de los niños en la SEN ante unos rostros nuevos,los nuestros, que les acompañamos estos días; lleno de su deseo de escuchar, y ver cosas nuevas; de su sencillez y generosidad guardando alguna galleta de la merienda para el hermano pequeño o la mamá. Y resuena en mí: De los que son como niños es el Reino de los Cielos. Mt 19,14.
Rescato también las tardes en la escuelita, en las clases de refuerzo, y el deseo de los pequeños en aprender a leer; y el cansancio de algunos niños por el madrugón de las mañanas, o la clase vacía cuando llueve porque las condiciones del Bañado hacen que se pare el mundo y todos queden resguardados en casa. Esas casas donde, aunque haga más frío dentro que fuera, son hogar.La última semana tuve la oportunidad de acompañar las visitas de seguimiento del programa de Emprendedores. Me encontré con mujeres valientes, sacando adelante sus negocios, solas o con ayuda de sus maridos para sostener la economía familiar. GRACIAS, Padre, por cada conversación con ellas: fue un regalo y una lección de Fe. Con su mucho esfuerzo y las ayudas gestionadas desde el equipo de CAMSAT han montado su emprendimiento. Nos reciben, rellenamos el cuestionario de la ayuda; y estamos un buen rato con ellas conociendo sus inquietudes, qué planes futuros tienen y cómo les podemos apoyar.
Dejarse tocar por la realidad del Bañado es vivir la gratuidad y el amor de Dios a través tantas personas que, con su estilo de vida sencillo y comunitario, y su manera de estar en el mundo son signo de alegría y esperanza para todos.
Llegué a Paraguay y lo primero que encontré fue una Comunidad de acogida en el Bañado con todo el equipo de CAMSATcomprometido con el barrio y sus gentes. Empezando por Fr. Pedro Velasco: con su presencia, actividad y visión a lo largo de 40 años ha ido transformando la vida de muchas personas y el futuro del barrio, siendo un fiel reflejo de la compasión dominicana: Pedro es uno con ellos, haciendo suya la causa y preocupación de cada vecino; llevando esperanza y rezando por ellos y con ellos, trabajando sin descanso y escuchando a todos. Predicando un Dios encarnado, presente allí en el Bañado. Un Dios Padre que nos ama y que confía en el hombre.
Y junto a fr. Pedro, todo el equipo de CAMSAT presente en lasdistintas áreas de desarrollo: El equipo Social, Medioambiente, Radio, Comunicación y Socios, Coordinación, Escuela, Danza y Música, Casa Día... Para nosotros, voluntarios misioneros en el Bañado, ellos son Comunidad: Clary, Mario, Pompeya, Librada, Nati, Raquel, Nancy, Sofía, Cynthia, Sani, Dayana, Iván, Fátima, Olinda, Anita... Encontré en todos ellos el compromiso, la alegría en el servicio, el sentido Comunitario, la apertura y acogida y una confianza en Dios conscientes de que estamos en sus manos y que Él cuenta con las nuestras para remar. A todos ellos les digo con memoria agradecida ¡AGUYJE! Junto a ellos y Fr. Pedro he recorrido el Bañado y conocido a sus gentes.
También GRACIAS a los catequistas por su entrega y compromiso con los niños y los jóvenes. Mi especial recuerdo y agradecimiento a las catequistas de la SEN por ser oasis en medio de esa realidad dura para tantos niños y por su preocupación por cada uno de ellos.
Y si el equipo de CAMSAT son Comunidad para nosotros, Casa día es el Hogar: allí nos hemos sentido en casa acompañando a Celsa con el grupo de adultos mayores. GRACIAS por invitarnos a vuestras celebraciones y por dejarnos compartir mesa y actividad.
Y en todo momento, a mi lado siempre Marta, mi hermana de Misión, con quien he compartido el día a día, y la vida en Asunción: eldesayuno, la cocina, las risas, inquietudes y preocupaciones, las vísperas y cantos en la capilla de la Crucecita, largas y buenas conversaciones y paseos, TODO. GRACIAS, Marta, por estas semanas de misión compartida, por tu apoyo y guía en todo momento, por ser Comunidad y por lo mucho disfrutado y vivido. Has sigo un regalo para mí.
Y si bien es cierto que la misión ha estado muy centrada en el Bañado Tacumbú, nuestro tiempo allí se ha alimentado de los momentos de oración y Eucaristía con nuestros queridos frailes, Comunidad de Ra’ykuera. Las celebraciones compartidas, nuestros lunes de Comunidad, las comidas en familia y las sobremesas son estímulo para mí y doy GRACIAS a Dios por ellos, mis hermanos. Los momentos de conversación con cada uno, y su vida desgastada en favor de los olvidados del mundo, me remueve y cuestiona y enriquece mi vocación de vivir fiel a Cristo desde el carisma de Santo Domingo.
Junto a ellos también hemos podido celebrar a nuestro padre Santo Domingo, compartir en Familia Dominicana junto a las hermanas y los jóvenes y laicos, celebrar en el Bañado en el Encuentro Interparroquial, y compartir la alegría de la renovación de Santi y Stifer sintiéndonos familia como hijos de Domingo.GRACIAS por ser FAMILIA y Comunidad que nos acoge queridos frays Fernando, Pedro, Paco, Toni, Edgar Rubén y Edgar Amado, Santi y Stifer; y los dos Javier y también Fr. Leo cuidándonos a Marta y a mí en la distancia. GRACIAS porque con vuestra vida, misión y vocación hacéis posible nuestro tiempo allí y con vuestra presencia nos recordáis que ÉL es quien nos llama y convoca.
Con vuestro testimonio de oración, de vida en comunidad, y equilibrio en la contemplación y acción me ayudáis a descubrir a DIOS en los más desfavorecidos; a mirar al otro sin dejar de mirar a DIOS; y a mirar al otro, con la mirada de DIOS.
Por eso de corazón, a todos: ¡AGUYJE!
Carmen Calama
Voluntaria Misionera en la Misión del Bañado de Tacumbú, Paraguay