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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Generosidad

Signo de esperanza, causa de alegría con Santa María y un Jesús Pascual. La gente se siente siendo servidora que es transformadora de la sociedad. Así comienza una canción que nos envía Belén desde Paraguay junto con una reflexión sobre la generosidad de la gente.

Muy buenas a todos: Esta semana estuvimos en otra compañía, Arasaty, nos acogieron en su casa Tomasa, Juan, Alejandrino el abuelo, y sus hijas Zulma y Sandra, una familia encantadora, que no para de trabajar, y que están siempre dispuestos a servir. Llegamos y lo primero que vimos es que las hijas nos dejaban su cuarto para dormir en la habitación con sus padres con un colchón en el suelo…nos daba mucho apuro, pero no había nada que hacer, todo lo que tienen te lo dan, y siempre lo mejor, para que te sientas tan a gusto. Dios siempre nos cuida y nos quiere a través de las personas que nos vamos encontrando. Lo siguiente que nos llamó la atención son los horarios, el martes se levantaron a las 4 de la mañana para llevar unos pimientos a la ciudad que acababan de cosechar, Tomasa tenía que volver antes de las 7 para empezar sus clases, así que pusimos el despertador a las 6:30; su ritmo es un no parar, entre la huerta, los animales, la universidad y el colegio de las hijas que tienen que ir a la ciudad…anochece temprano, a las 17h, así que a las 20:30 ya están en la cama, el cansancio te acaba venciendo, aunque miras el reloj y piensas ¿pero qué hago ya en la cama? Ya hemos acabado las charlas sobre el bullying para los alumnos; íbamos, predicábamos la importancia de tratarnos bien, de amarnos a nosotros mismos, y amar a los demás como son, de preocuparnos por el que tenemos al lado, de denunciar y defender a las víctimas que reciben un trato injusto por parte de los agresores, estrategias para afrontar el bullying, para resolver conflictos… y al siguiente colegio. Todos tenían que recibir el mensaje, no podíamos quedarnos sólo en un colegio, hemos ido a todos los de la zona y ha merecido la pena. A Tomasa y a Juan, les gusta tanto compartir, que comen en el mismo plato (un plato para los dos). El primer día al poner la mesa, me dijo que pusiera un plato menos, y me extrañó. Siempre comen compartiendo. Juan decía que al principio no tenían, pero que luego se han acostumbrado y les gusta así. Tomasa nos contaba que su madre cuando se enfadaban entre los hermanos, les ponía a comer del mismo plato y acababan reconciliándose. Tomasa me contó que había perdido dos bebés a los 5 y 6 meses de embarazo y lo mal que lo habían pasado, los tiene enterrados a la puerta de su casa y los quiere con locura, reza cada día por ellos, se despide de ellos cada vez que sale de casa, es admirable su capacidad de amar. En el colegio que trabaja, tiene varios niños de una casa de acogida, “La Tierra Prometida”, es una casa muy bonita, pero al ser tantos niños les falta un poco de cariño, ella les da todo el que puede, tiene tanto amor para dar… Ayer se confirmaban en la parroquia 50 jóvenes, entre ellos Zulma, la hija de Tomasa y Juan, el obispo habló muy bien, animó a los jóvenes a seguir profundizando en la Palabra y a tener caridad, a ser testigos del amor de Dios: amando, perdonando, compartiendo…me acordé tanto de mis chicoo servidora que es transformadora de la sociedad. Signo de esperanza, causa de alegría con Santa María y un Jesús Pascual. La gente se siente siendo servidora que es transformadora de la sociedad. ser una Iglesia de veras comunidad, fraterna porque la gente comparte fe y realidad. Con sencillez y alegría aprende a participar, como hacían los cristianos con Pedro, Santiago y Juan. Queremos ser una Iglesia que está siempre en oración, que alumbra toda la vida con la Palabra de Dios. Que celebra como pueblo la nueva alianza de amor, en la fiesta de la vida que es la cena del Señor. Queremos ser una Iglesia samaritana y cordial, que organiza la esperanza y la solidaridad. Donde el Espíritu Santo, Padre de los pobres, va suscitando los servicios, según la necesidad. Queremos ser una Iglesia que muestra el amor a Dios. Que sale a encontrar al hombre y lo abraza en su perdón, que consuela y acompaña, que agranda su corazón, a medida de la gente que sufre la situación. Queremos ser una Iglesia en estado de Misión, que se abre y sale y propone al mundo el Reino de Dios. Que transforma desde adentro sociedad y corazón, y planta comunidades donde se da conversión. Besos para todos! Belén