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El Blog de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas

Gloria y Belén desde Koribeni

Belén y Gloria nos cuentan como siguen por la comunidad de Koribeni: curso de formación para el profesorado local, visita a la comunidad de Tipeshiari, aventuras por la selva,...
 

Nosotras bien, seguimos disfrutando. El curso que hicimos de formación de profesorado local fue un poco fracaso, muchos faltaron (hasta la directora no vino el primer día), luego sólo querían dinámicas y juegos, pero no participaban mucho y cuando lo hacían algunos a veces quedaban en evidencia, y es que el problema de la educación empieza ahí: baja formación de los profes, un sueldo bajo, que hacen que no estén motivados y luego un sistema que deja mucho que desear..., aún así algunos si lo aprovecharon. Esos días por las mañana fuimos a la escuela infantil, los niños monísimos.

Y de ahí nos fuimos a la comunidad de Typeshiari y disfrutamos un montón. Es una comunidad machiguenga muy auténtica, cuando llegamos tenían Asamblea, daba gusto ver cómo luchaban juntos por la justicia, para que les pagaran la madera que habían puesto para la escuela; cómo ponían las cosas en común, le dijo el Padre Roberto a una niña del internado, que contara su experiencia, les habló de la importancia de la educación, celebramos a la vez Santiago apóstol, la Virgen del Carmen y estuvo hablándoles de la parábola del sembrador, comimos mono, jugamos con los niños...da gusto ver cómo se preocupan unos de otros, como dan de comer a los más pequeños, cómo están atentos cada vez que llega alguno a servirle masato (bebida de yuca fermentada), cómo comparten todo; cómo son felices con muy poco y hasta cómo te acompañan en el camino. Al volver se vinieron algunos con nosotros, yo les decía pasar delante que váis más rápidos, los machiguengas están hechos de otra pasta; y me decía la profe si de igual forma tenemos que llegar juntos.

El camino como siempre una aventura... Ya desde el comienzo, nos equivocamos de camino, porque había tumbados un montón de árboles, y tuvimos que hacer un acto de confianza en Dios, que por suerte nos mandó una buena samaritana en el camino que salió a nuestro encuentro. A Gloria la encontró en el momento caída tortuga, con la mochila abajo y las piernas y los brazos para arriba. Continuamos subiendo, y subiendo, hasta llegar a la casa de Norma, que nos acogió la primera noche, y estaba con dos mujeres embarazadas, que como les quedaba poco para dar a luz tenían más fácil bajar a la posta médica. Allí compartimos, la yuca, el masato, las latas de atún y de sardinas. Dormimos sobre piedras, aunque nos trajeron un plástico y una manta para el frío. Gloria decidió quedarse allí para inculturizarse a ver si aprendía machiguenga, y se le dio tan bien que un poco más y nos la encontramos con resaca del masato jeje. Ya de regreso, entre que no se entiende el machiguenga, dijeron algo y de repente; vi salir corriendo a todos los que tenía delante; no entendía si tenía que seguirles o mejor mantener las fuerzas, menos mal que la profe me hacía de traductora y me dijo que iban a acompañar al Padre que iba delante, que con ese barro, no me veía yo corriendo... Lo siguiente fue la cara de susto cuando vieron las huellas de Sajino (chancho de monte), pero gracias a Dios aquí estamos en casa vivas y con ganas de seguir encontrándonos con comunidades que viven cada día el Evangelio.

Gloria y Belén